Nigeria, sin gobierno

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La violencia y el caos que ha vivido Nigeria durante los últimos meses ha derivado en una importante crisis política, ya agravada previamente por el vacío de poder, causado por la ausencia de su presidente Umaru Yar'Adua.

El ahora mandatario del país, el presidente en funciones, Goodluck Jonathan ha anunciado la disolución del Consejo Ejecutivo Federal, el órgano de gobierno de Nigeria. Según la Ministra de Información y Comunicación del país, la profesora Dora Akunyili, “el presidente en funciones no ha dado razones para disolver el gabinete”. Además, tal como recoge el diario Vanguard, Akunyili ha afirmado que “todos los ministros, incluida yo misma, regresarán a sus respectivas secretarias permanentes antes de mañana”.

Esta noticia ha sorprendido a muchos de los ministros nigerianos

, quienes no esperaban que ayer fuera su último día al servicio del gobierno en funciones de Jonatahn.

Hace unos días las autoridades de Nigeria anunciaban dos fechas alternativas para las próximas elecciones presidenciales, el 22 de enero o el 23 de abril de 2011, condicionadas por la evolución de las propuestas de reforma electoral presentadas ante el Parlamento, según la Comisión Electoral Nacional Independiente (INEC).

Por otro lado, la violencia continúa azotando a este país africano.

Al menos trece personas, en su mayoría mujeres, han sido asesinadas en la madrugada de este miércoles a consecuencia de un ataque efectuado por un grupo armado con machetes en una aldea próxima a la localidad de Jos, en el centro de Nigeria, donde a lo largo de este año han muerto cientos de personas a causa de los enfrentamientos religiosos, según un nuevo balance procedente de testigos presenciales.

Un testigo explicó a la agencia Reuters en la aldea de Byei, en la zona de Riyom, que había contado hasta trece cadáveres, en su mayoría correspondientes a mujeres, horas después del ataque. Al menos tres cabañas habían sido incendiadas.

El toque de queda nocturno que rige en el Estado de Plateau y los refuerzos enviados por el Ejército desde enero no han impedido la nueva matanza. “Ya basta, no queremos que sigan los militares”, declaró Emmanuel Jugu, representante de Riyom ante el Parlamento de Plateau.

“Estamos cumpliendo el toque de queda. Por tanto, que alguien nos explique cómo es posible que siga viniendo gente a matarnos”

, prosiguió. “Los militares deben retirarse, nosotros mismos podemos defendernos”, aseveró.

Plateau, cuya capital es Jos, se encuentra en la encrucijada entre el norte musulmán del país y el sur predominantemente cristiano. La dura competencia por el control de las fértiles tierras de cultivo entre los cristianos y los grupos animistas locales, por un lado, y los colonos musulmanes del norte, por el otro, ha desencadenado frecuentes disturbios en la región en la última década.

En enero, más de 400 personas murieron en los alrededores de Jos después de cuatro días de enfrentamientos entre musulmanes y cristianos,

según los responsables locales. La violencia se desató de nuevo hace diez días, en los que se registraron ataques contra las localidades predominantemente cristianas de Dogo Nahawa, Zot y Ratsat, al sur de Jos, que causaron la muerte de varios centenares de personas.