Las calculadoras de Burgos, Palencia, Pamplona, Bilbao y Logroño no soportan tanta suma y tanta resta. Están saturadas de trabajo. Es lo de todos los años. Llega la recta final de la temporada y todos se acuerdan de ellas. Toda la temporada escondidas en un cajón de la oficina para acaparar protagonismo (y convertirse, seguro, en el blanco de las iras de más de uno) en las últimas jornadas del campeonato. La del Bilbao Athletic repite por segundo año consecutivo. Las demás, especialmente las de Burgos y Palencia, que han pasado de sumar para ascender a hacerlo para no perder la categoría, se incorporan a tan arduo trabajo.
Y muchas coinciden en la conclusión. Que no haya empates múltiples. En esos casos la Federación Española establece que el orden final en la clasificación será el que depare una supuesta competición entre ellos solos en la que se tendrán en cuenta los resultados obtenidos en los enfrentamientos directos.
Así, a día de hoy, y cuando al Logroñés CF le resta un partido ante uno de sus rivales directos (el del Palencia en la penúltima jornada), el club rojiblanco saldría muy mal parado de cualquier supuesto empate a puntos con Bilbao Athletic, Osasuna B, Palencia y Burgos, sus cuatro compañeros de viaje que, en una franja de tres puntos, luchan por eludir la pérdida de categoría.
Paradojicamente Osasuna B, penúltimo clasificado, es el equipo más interesado en cualquier equilibrio a puntos al término de la temporada. Con 14 puntos en los enfrentamientos directos (tres ante el filial vizcaíno, seis ante el Burgos, dos ante el CF y tres ante el Palencia), es el equipo que mejor ha rendido en los partidos ante equipos de 'su' liga seguido de los vizcaínos (10 puntos), del Palencia, (9 puntos a falta de los partidos ante el CF y el Burgos), Logroñés CF (8 a falta del choque ante los castellanos) y del Burgos (6 cuando aún tiene que jugar ante el Palencia).
Con una diferencia de tres puntos entre los cinco candidatos al único puesto de salvación directa y con dos puntos aún por disputarse cualquier empate entre tres o más equipos condenaría al Logroñés CF al descenso o, en su caso, a la promoción por eludirlo siempre y cuando ante el Palencia no sumara los tres puntos.
En caso de hacerlo, en función de lo que los castellanos hicieran con el Burgos, y siempre y cuando Osasuna B fuera el único equipo que no cerrara la temporada con los mismos puntos que sus compañeros de viaje, el cuádruple empate sería la mejor opción.
Demasiados condicionantes.