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“No vendemos nuestro cuerpo, vendemos nuestro tiempo”

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“Caye nace para luchar contra el estigma PUTA”. Es una de las premisas con las que nace esta asociación compuesta exclusivamente por profesionales del sexo con el objetivo de convertirse en un espacio seguro para todas aquellas personas que ejercen libremente la prostitución.

Aunque se constituye en Gijón, la asociación se ha empezado a extender ya por todo el país y en La Rioja cuenta con dos representantes. Aún así, tienen claro que llegarán allá donde se les necesite. “Si te pones en contacto con Caye, nos desplazamos a donde sea, llamas, nos explicas tu caso y vamos, es acción-reacción”, explican.

Tienen claro que su reto más inmediato es acabar con el estigma que padecen y conseguir que ningún trabajador del sexo, sea cual sea su orientación e identidad sexual, se sienta solo. “Tenemos la necesidad de compartir vivencias con otros compañeros y compañeras, intercambiar información y luchar juntos por tener los mismos derechos y obligaciones que tiene cualquier otro trabajador de otro sector”.

Entre sus luchas destaca la búsqueda de espacios de trabajo seguros. “Estamos en contra de las ordenanzas municipales que nos relegan a lugares lejanos de los nucleos urbanos, que ponen nuestra vida en riesgo con la única finalidad de invisibilizarnos”, señalan. Buscan también el fin de la persecución policial y rechazan el modelo sueco de “control de la prostitución”.

La cotización es otro de sus caballos de batalla. Leo Thunder, uno de los representantes del colectivo, defiende una regulación que garantice la libertad y los derechos. “Nosotros aconsejamos trabajar como independiente, pero claro, en la calle estás a merced de agresiones, represión policial... También hay quienes forman grupos de apoyo y, tanto en club como en calles, están expuestas a ser obligadas a hacerlo, pero desde luego no son todos los casos”.

Sin duda, el camino más largo por recorrer está en el ámbito social. “Somos conscientes de la lacra que supone la trata y la explotación sexual que deploramos, no obstante, esta lacra no justifica el acorralamiento y persecución que sufrimos por parte de la sociedad y colectivos que hablan en nuestro nombre pretendiendo tutorizarnos y salvarnos en contra de nuestra voluntad”, explican.

Abogan por la profesionalización del trabajo sexual y para ello llevarán a cabo talleres de formación. Tienden la mano también a aportar su experiencia en primera persona en todas aquellas iniciativas legislativas que vayan a favor de sus derechos, “tanto para abandonar como para permanecer en nuestro oficio”.

Insisten en que el trabajo sexual es trabajo y hacen un llamamiento a todo el colectivo para que cuenten con Caye siempre que necesiten apoyo, bien sea legal o emocional. “Lo que necesites, colectivo Caye”.