Unos 1.300 marfileños han entrado en Ghana esta semana tras huir de los combates en el oeste de Costa de Marfil (Duékoué), el centro (Daloa) y el noreste (Bondoukou). Otros 250 llegaron de Abiyán, donde las condiciones de seguridad son precarias.
Hasta ahora, los refugiados marfileños han estado huyendo principalmente de Abiyán, entrando al sudoeste de Ghana por el puesto fronterizo de Elubo. Pero, a raíz de los enfrentamientos de esta semana, muchos refugiados están entrando a Ghana a través de la frontera norte, por los puestos de Sampa y Atuna, en la región de Brong Ahafo. ACNUR no está presente en esta zona, pero ha enviado un equipo para evaluar sus necesidades y proporcionar asistencia.
Muchos refugiados son mujeres y niños. Llegan a Ghana en autobús con sus pocas pertenencias. Algunos dicen que han viajado ocho horas hasta la ciudad de Elubo, en la frontera suroeste, mientras que otros han tardado hasta cuatro días en alcanzar el puesto fronterizo de Sampa.
Muchas de las familias refugiadas han contado a ACNUR que han huido a causa del temor a la violencia, mientras que otras han sido testigos o han experimentado la violencia en sus comunidades. Una niña de 11 años que el personal de ACNUR encontró en Elubo, relató haber sido secuestrada y violada. Su madre la descubrió más tarde inconsciente en una cuneta a las afueras de Abiyán. ACNUR le está ofreciendo atención médica y psicosocial.
Muchos refugiados en Ghana están siendo actualmente acomodados en comunidades de acogida. Unos 1.700 se encuentran en un nuevo campamento establecido por el ACNUR y las autoridades ghanesas en Ampain, a 55 kilómetros del punto fronterizo de Elubo. En previsión a próximas llegadas a Ghana, el gobierno ha expresado su disposición para asignar lugares en las zonas costeras y en el oeste del país para construir otros campos.
La ola de llegadas de esta semana eleva a más de 5.000 el número estimado de refugiados marfileños actualmente en Ghana.
El número de refugiados de Costa de Marfil continua incrementándose también en Liberia, particularmente en el condado de Grand Gedeh en el sureste, donde 30.017 han sido registrados. Hasta ayer, jueves, había un total de 122.958 refugiados registrados en las provincias de Nimba, Maryland y Grand Gedeh desde que empezara la crisis postelectoral el pasado noviembre.
La mayoría de los recién llegados a Grand Gedeh necesitan desesperadamente comida, abrigo y ropa. Una familia relató cómo el padre murió de hambre en el camino a Liberia. En algunos lugares, los refugiados sobreviven realizando trabajos diarios para la población local, ganando 1,50 dólares al día limpiando granjas o recogiendo madera.