El presidente estadounidense, Barack Obama, celebró este sábado la festividad del Día de la Independencia del 4 de julio haciendo un llamamiento a los estadounidenses a trabajar unidos y “alzarse frente a los desafíos” que se presentan a una sociedad que se encuentra inmersa actualmente en dos guerras en Irak y Afganistán, y que está sumida en una profunda crisis económica.
“Hoy, se nos pide que recordemos no sólo el día en el que nació nuestro país, sino el espíritu indomable de los primeros ciudadanos que hicieron posible ese día”, declaró el presidente Obama en su discurso semanal.
Obama aludió a ese espíritu como el instrumento principal para realizar un “extraordinario esfuerzo” que “no puede retrasarse durante más tiempo”.
“Ese es el espíritu que se nos pide que demostremos una vez más. Nos enfrentamos a una lista de desafíos de una escala nunca vista en nuestro tiempo. Estamos librando dos guerras, estamos combatiendo una profunda recesión, y nuestra economía --y nuestra nación, en sí misma-- se encuentran en peligro por unos problemas que hemos dejado apartados desde hace demasiado tiempo: los costes cada vez mayores de la sanidad, las escuelas inadecuadas, y la dependencia del petróleo exterior”, declaró el presidente.
“Enfrentarse a estos desafíos extraordinarios requerirá de un esfuerzo extraordinario de todos y cada uno de los estadounidenses”, señaló Obama.
“Es hora de potenciar nuestro sistema educativo (...), de reformar un sistema sanitario insostenible (...), de responder a nuestro desafío energético a través de la energía limpia para terminar con la dependencia del petróleo extranjero para reclamar el futuro de América”.
“Así es como esta generación de estadounidenses dejará su huella en la historia. Así aprovecharemos este momento extraordinario, y así escribiremos el próximo capítulo de la gran historia de Estados Unidos”, concluyó el presidente.