Se ha cumplido el primer año de gobierno de Barack Obama y el presidente estadounidense ya ha hecho balance durante su discurso del estado de la Unión. Sin embargo, el mandatario de Estados Unidos no sólo analizó su política de sus primero doce meses, sino que también remarcó sus prioridades para este segundo año de gobierno.
Por un lado, Obama anunció que su principal prioridad para este 2010 será la recuperación del empleo, ya que el número de parados en el país ha alcanzado durante los últimos meses cifras récord en Estados Unidos, llegando a los siete millones de desempleados.
Ante esta prioridad, Obama no dudo en instar al Senado estadounidense para que apruebe la reforma laboral.
“El Congreso ha aprobado una reforma de empleo que incluye algunas de estas medidas. Como primera tarea para este año, insto al Senado a que haga lo mismo. La gente está sin empleo. Están dolidos y necesitan nuestra ayuda. Quiero una propuesta de empleo encima de mi mesa sin dilación”, indicó. “La única manera de movernos hacia el pleno empleo es la de establecer las nuevas bases para un crecimiento económico a largo plazo”.
En este sentido, Obama realizó una fuerte defensa de las pymes y apostó por un nuevo modelo económico a largo plazo basado en la innovación. Además se mostró firme en su propósito de reformar el sistema financiero en favor de las familias y las clases medias.
El presidente estadounidense propuso utilizar 30.000 millones de dólares del dinero del plan de rescate devuelto por los bancos para facilitar a las pequeñas y medianas empresas “los préstamos que necesitan para mantenerse a flote”. “El verdadero motor de este país siempre han sido las empresas”, defendió.
“También propongo la creación de nuevos beneficios fiscales que irán a parar a las cerca de un millón de pequeñas empresas que contraten nuevos trabajadores o que aumenten los salarios de sus empleados”
, indicó. Obama también anunció que eliminará los impuestos sobre los beneficios de las pymes y ofrecerá ventajas fiscales “a todas aquellas compañías que inviertan en nuevas fábricas o maquinarias”.
Por otro lado, Obama reiteró que persistirá en su lucha a favor de las clases medias e insistió tanto en acometer una reforma financiera como en eliminar los privilegios de multinacionales estadounidenses. “Es hora de reducir drásticamente las ventajas fiscales de las empresas que se llevan el trabajo fuera y dar esos beneficios a las compañías que crean trabajo en Estados Unidos”.
“No estoy interesado en castigar a los bancos”, afirmó el mandatario, reconociendo la necesidad de contar con un sistema financiero saludable que posibilite el acceso al crédito a las empresas, para que éstas puedan crear empleos.
Sin embargo, el presidente también anunció otra medida menos popular durante su discurso: la congelación del gasto público durante tres años. Obama reconoció su país tiene ante sí un “gran agujero fiscal”, por lo que va a congelar parte del gasto público durante tres años para tratar de ahorrar 250.000 millones de dólares. Esta medida entrará en vigor a partir del año fiscal de 2011, que comienza en octubre, pero no afectará a las partidas de seguridad nacional, asistencia sanitaria o seguridad social. “Si tengo que forzar esta medida mediante un veto, lo haré”, advirtió.
La Reforma Sanitaria
Uno de los mayores retos del gobierno de Barack Obama también estuvo presente durante su discurso del estado de la Unión. Se trata de la reforma sanitaria, la cual parece no llegar a ser comprendida por la población estadounidense.
Obama asumió parte de culpa por no saber explicar a la población la “compleja” reforma sanitaria
que defiende desde antes incluso de sentarse en el Despacho Oval, pero insistió en que ni el gobierno ni el Congreso pueden desistir de un debate que está “muy cerca” de dar sus frutos.
El plan defendido por el presidente pretende “reducir costes y primar a millones de familias y empresas”.
A quienes alegan los costes que generará la reforma como argumento para rechazarla, Obama les recordó que la Oficina Presupuestaria del Congreso vaticina que reduciría el déficit en hasta 1 billón de dólares durante las próximas dos décadas. Asimismo, pidió a quienes conozcan fórmulas distintas a las ya presentadas para ampliar la cobertura médica y reducir los costes del ámbito sanitario que se lo hagan saber.
“No abandonaré a los estadounidenses, y tampoco deberían hacerlo la gente de estas cámaras”, afirmó, ante congresistas detractores y defensores de una medida que despierta suspicacias también entre algunos demócratas.
En el contexto de las políticas sociales,
Obama emplazó a Estados Unidos a perseguir las violaciones de los derechos civiles o las discriminaciones en materia de empleo, así como a revisar el sistema de inmigración para reforzar las fronteras sin que por ello se evite que los extranjeros cumplidores con las leyes puedan ayudar a la economía y la sociedad estadounidense.
Además, Obama reveló que este año exhortará al Congreso a que elimine la norma “que niega a los gays el derecho de servir al país al que aman por lo que son”, en alusión a una ley vigente en el Ejército que impide a los militares hablar de su condición de homosexuales o bisexuales y a los altos mandos indagar en la tendencia sexual de sus subalternos.