Utopías 6: Esa desconocida

A veces me pregunto cómo los jóvenes pueden tener ideologías conservadoras, cómo pueden adoptar costumbres que a mí, una señora mayor, me parecen pasadas de moda. Cuando las encuestas indican que nuestros jóvenes son los que más votan a los partidos de derechas, los que menos critican la desigualdad real entre hombres y mujeres, los que menos se interesan por lo que ocurre en Logroño, en España y en el Mundo no les comprendo. Otras veces creo entenderles. 

Han tenido todo lo que han pedido, han podido estudiar si han querido, han viajado, sus familias les han permitido todo y no les han puesto límites a nada. Ahora esos jóvenes adultos no saben qué hacer, tienen que seguir viviendo con sus padres, porque la independencia les resulta imposible. Los que trabajan ganan poco y los que no encuentran trabajo suman decepciones. Los asuntos sociales no les interesan, y la situación económica y política les resulta odiosa. 

¿Cómo puede ir bien la economía española, si ellos aunque hayan ido a la universidad, hablen idiomas y tengan amigos en medio mundo, no pueden tener una vivienda, vivir en pareja, ser padres?… Y los que no han estudiado se encuentran igual o peor, los empleos no cualificados están, lógicamente peor pagados. 

Yo mantengo que a la descripción general que acabo de hacer hay que unir otra causa más. No conocen la historia de España. ¿Qué saben de la Guerra Civil y de la postguerra?. En la enseñanza secundaria y en el bachillerato apenas se estudia. Los profesores y los libros de texto dedican más tiempo a la Edad Media, o Moderna, que a la parte más reciente y que más ha influido en la España del siglo XXI. Mantengo que la Guerra Civil, es para buena parte de nuestros jóvenes una desconocida. Además, ellos han nacido y vivido en democracia, de forma que se encuentran ahora en un momento vital en el que apoyan lo contrario a lo que tienen. Las proclamas franquistas de la ultraderecha española, no pueden compararlas con nada, porque desconocen la historia de la década de los treinta, los cuarenta... del siglo pasado, sumen a ello, que la radiotelevisión pública tampoco se ha molestado mucho en formar a sus telespectadores, entre la tele basura y una programación que «vertebre» España. (Ahora ya no se utiliza el verbo vertebrar para aludir a la unidad de este País), han optado por competir con las privadas en el cotilleo, el espectáculo, los concursos, el entretenimiento más burdo.

No tienen referencias históricas. Acumulan desengaños y se muestran convencidos de que lo mejor, es lo peor.

Si los cuarentones (les seguimos llamando jóvenes) de hoy hubieran aprendido cómo se gestó el golpe de estado de 1936, cómo la guerra destruyó este país, dividió familias, fomentó el odio, cómo la dictadura militar de Franco acabó con todos los derechos y libertades, desde el derecho a la información, hasta la libertad de prensa, porque nada hay mejor que la propaganda política del NODO para regalar los oídos al dictador, quizás ahora no serían tan permisivos con la derechona española. Es posible que valorasen más lo que tenemos y lo quisieran conservar, para mejorar, no para destruir y volver a la desolación. Estamos viviendo unos años locos, no nos da tiempo a asimilar lo que ocurre. No tenemos tiempo para asimilar tanto en tan poco tiempo y por si fuera poco, volvemos a la propaganda. 

Los años 30 del siglo veinte se enseña poco, deprisa y mal. Son los últimos temas y el curso se acaba. No lo digo yo. Hace unas semanas lo dijeron en el País dos historiadores Sergio Riesco Roche y Carlos Gil Andrés. «La enseñanza de la Guerra Civil en la educación secundaria se imparte tarde, rara vez se llega a esa parte en los temarios–, mal–con poca profundidad». Y hay más informes de quienes saben y entienden de estas cosas, que lo corroboran.

En mi opinión, si diésemos más valor a nuestra historia, si la Guerra Civil dejase de ser esa desconocida, algunos de los que han nacido después de 1978, fanfarronearían menos en la calle, en los bares, en el trabajo… Asegurando que ellos votan y votarán al «machote» de Abascal, porque sabrían que el señor al que he citado busca la involución. Defiende al hombre-hombre de mucho follar y poco respetar. El que organiza su casa y su familia con el imperio del ordeno y mando, aunque sea a base de malos tratos a su mujer y a sus hijos. El mencionado dirigente de VOX y quienes le apoyan están con lo más rancio de la historia de España. Con aquella España de Franco, y esa desconocida Guerra Civil , que quienes elaboran los programas educativos y los libros de texto, han decidido dejar para el final. Que viene a ser lo mismo que ocultar.