El 30 de septiembre del año 2000, el culé Gabri anotó el segundo gol para España al borde del descanso de la final olímpica. Ese partido, sin embargo, terminó cayendo del lado camerunés en los penaltis. Desde aquel día, han pasado 21 años y 5 Juegos Olímpicos, en los que España no había conseguido anotar un solo gol (solo participó en Londres 2012).
Hasta hoy, cuando a falta de diez minutos para el pitido final, Marco Asensio puso un centro medido entre los dos centrales australianos y directo a la cabeza de Mikel Oyarzábal. El delantero español giró perfectamente el cuello y mandó el balón a la red sin que el portero pudiera hacer nada.
A partir de ese momento poco más ocurrió en el partido. España se limitó a dejar correr el tiempo ante una Australia incapaz de generar el peligro que sí tuvo contra Argentina. Hasta entonces, había optado por encerrarse atrás, dejando el balón completamente para los españoles (73-27 en posesión). Poco más se le puede pedir a la selección española, que buscó insistentemente la portería rival. Cinco remates a portería, uno de ellos al palo, diez remates fuera, cuatro saques de esquina y ninguna parada de Unai Simón. Quizás le falte un poco más de velocidad en los pases, más verticalidad y buscar más remates desde fuera del área.
Con esta victoria, España dependerá de sí misma para pasar a cuartos como primera de grupo. Tendrá que empatar contra Argentina el próximo miércoles. Un partido que dará una referencia más clara de cuál es el verdadero nivel de este equipo.
Acierto de Luis de la Fuente
El entrenador riojano acertó con las decisiones. De inicio, sacó un once muy distinto al del otro día con Egipto. A los cambios obligados de Mingueza y Ceballos por lesión, se unieron los de Miranda, Merino y Asensio. En su lugar, entraron Cucurella, Óscar Gil, Zubimendi, Carlos Soler y Javi Puado. No salió del todo mal esta revolución. España comenzó mejor el partido que contra los egipcios. Pero aún así el marcador siguió en blanco.
En la segunda mitad entraron Bryan Gil (por Javi Puado), Rafa Mir (por Óscar Gil) y Marco Asensio (por Carlos Soler). España cambió a defensa de 3 y se fue con todo a por el partido. Fue Asensio el que rompió el partido con ese centro a Oyarzábal.
El otro riojano en Tokyo, el portero Álvaro Fernández, apoyó a su equipo desde el banquillo, ya que el portero titular fue Unai Simón.