Pechos que son bombas
Los implantes mamarios de silicona pueden convertirse en pequeñas bombas cuando el cuerpo de la mujer que los lleva es incinerado. Los primeros países en llevar a cabo estas operaciones de aumento de pecho están viviendo ya las consecuencias.
Ellos y los familiares de la víctima, que pueden ser obligados a abonar una operación previa a la incineración para retirar los implantes. Los responsables de los crematorios advierten que las prótesis de silicona pueden explotar y dañar el horno crematorio durante la incineración de un fallecido operado.
Al parecer, la silicona necesita una temperatura muy alta para quemarse y que no se alcanza durante la cremación de difuntos. Por ello, una vez terminado el proceso queda derretida y pegada en el horno, acumulándose y estropeando el costoso aparato.
Algunos países, como Inglaterra, han decidido poner fin a este peligro y desgaste, y prohiben incinerar cuerpos con implantes de silicona. Por eso, están obligando a las familias de los difuntos a pagar la operación para retirar estos implantes antes de incinerarlo.
Similar es el caso de las prótesis metálicas que llevan muchas personas. Al ser de materiales muy duros y además caros, como el titanio, que no arden a esa temperatura y permanecen en el horno tras la cremación. Aunque para estos casos ya hay empresas encargadas de recogerlos y venderlos para su reutilización.
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