La Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos (CRAM) ha empezado a repartir pértigas de corte entre los palangreros del litoral mediterráneo, un dispositivo desarrollado por la propia fundación que servirá para reducir la mortalidad de las tortugas bobas (Caretta caretta) capturadas accidentalmente.
Según CRAM, la pértiga de corte es el dispositivo más efectivo desarrollado hasta la fecha para reducir la mortalidad de las tortugas marinas. Consiste en una vara de aluminio ligera con una cuchilla en uno de sus extremos que permite cortar el sedal a ras de boca de forma fácil, evitando así lesiones que pueden llegar a ser mortales para las tortugas marinas.
Este instrumento es muy económico y se repartirá a palangreros de Cataluña, Islas Baleares, Valencia, Murcia y el litoral mediterráneo andaluz a través de las organizaciones que trabajan para la conservación de las tortugas marinas junto a los pescadores en cada comunidad.
Usando la pértiga y cortando el sedal a ras de boca los pescadores evitarán las gangrenas y ahogamientos provocadas por enredos del sedal; los desgarros internos debidos al izado a peso del animal a bordo y los problemas digestivos graves causados por la ingestión de hilo.
Este método ya ha sido ensayado con éxito en el 2006 entre los palangreros y se han estudiado sus efectos de los anzuelos 'J' y circulares entre 2002 y 2008.
La principal actividad de la CRAM es rescatar y curar a las especies marinas en peligro que varan en la costa catalana, para la posterior reintroducción a su hábitat. La Fundación lleva a cabo, además, diversas líneas de trabajo en conservación, investigación y formación, todo ello acompañado de acciones de sensibilización sociales sobre el estado del medio marino y su problemática.
-Imágenes cedidas por CRAM-