Verán, como saben La Rioja es una comunidad autónoma española uniprovincial situada en el norte de la península ibérica. La región está vertebrada por 7 ríos que recorren las montañas hacia el río Ebro. El emplazamiento es conocido desde la edad de bronce y el nombre del topónimo es un acrónimo ibérico que dieron los celtíberos. Se da por supuesto tuvieron que ser pueblos berones, pelendones o vascones quienes habitaron esas tierras en la antigüedad y no lo pongo en duda, pero quienes dieron el nombre fueron los cario y que se conocen por el nombre transliterado al latín de Carpetanos. Ellos colonizaron esas tierras y lo hicieron en memoria de un “Karalus” que conocían bien, pues lo está tanto en la misma Rioja como también a muchos kilómetros de allí, justo es el nombre de su antiguo río Cario en Asia Menor: Αλυς “Alys”, hoy recibe el nombre de Kizil-Irmak.
Hace miles de años y aun lo desconociéramos, los Pueblos del Mar buscaron nuevas latitudes más seguras y prósperas. En nuestro país las encontraron. Fueron sus nuevas tierras durante miles de años y aun lo siguen siendo, de algún modo. Durante sus eternas travesías a nuestras calas y tras su posterior establecimiento como autóctonos en las distintas colonias costeras y a orillas de los ríos darían sendos nombres a poblados, bahías, cabos, ríos, valles y montañas.
Los íberos y los celtíberos son quienes fundaron nuestras ciudades. Todo aquello que les rodeaba lo llamaron por su peculiaridad, apariencia o por sus creencias e incluso re-nombrando sus lugares de procedencia. En cambio los romanos lo hicieron de otro modo, aplicando un estricto rigor administrativo a todo aquello que tenía ya nombre y que luego latinizado sería oficial. Luego, naturalmente los árabes los tradujeron al suyo. Todos esos lugares, tuvieron una denominación conocida para sus habitantes pero con la llegada de los extranjeros y sus nuevos idiomas pasaron de su propio lenguaje a extraviarlos. Sin embargo, la sabiduría popular perduró y son el modo y costumbre con cuales aún nos expresamos en nuestros territorios.
Y entonces ¿Quién fundó La Rioja? En realidad deberíamos hablar de “co-fundadores”, ya que en la práctica se trató de una “gran coalición”. La historia los conoce por Íberos y Celtíberos pero sorprendente, hallé que no lo eran, ni una cosa ni la otra; entre otras razones porque los iberos nunca se desplegaron en el sistema central sino que se asentaron en el sistema ibérico y por otro lado, los celtíberos no eran una tribu celta sino que eran pueblos gálatas. Miren, lo explicaré mejor; en latín Celtici significa “celta” pero hubo una confusión, ese es justo también el nombre que recibían las poblaciones de Asia Menor. Eran Keltiki pero con el latín la “k” ibérica pasó a ser “c” (Ke-Ce). Los Çeltikçi no eran propiamente celtas y se encontraban en Galatia, La Caria y Lycia, actualmente corresponden a ciudades de la moderna Turquía como son Burdur, Ankara y Mersin.
Pero la primera referencia a La Rioja la tenemos como la “Rioiia” y escrita en un antiguo fuero. Ese dato es fundamental porque hoy no sólo nos explica perfectamente por qué es la Rioja sino que además nos da su ignoto significado: Nótese que cuando se da el diptongo “ii” se ha de vocalizar “ij” y es justo como pronunciamos nosotros “hijo”. Pongamos por caso: υá¼±·ÏÂς es (hyiËÂjos). Cuando se da la secuencia el primer carácter se pronuncia “i” y el segundo “j”. Se llama Iotacism, en griego á¼°ωτακισμÏÂς. Es el proceso por el cual un número de vocales y diptongos convergió en la pronunciación para que suene la iota ([i]). Resulta que así es como lo decimos en castellano pero escrito con letras latinas. Por eso La Rioja es lo mismo que decir “La Hija del Río”.
Enrique Cabrejas Iñesta nació en Barcelona y se educó en las Escuelas Pías de San Antonio Abad. Es investigador de la historia del lenguaje y políglota; se expresa en ocho idiomas y adquirió profundos conocimientos de otros varios contemporáneos, medievales y antiguos. Combinó siempre que le fue posible el quehacer cotidiano con la lingüística, la historia, la literatura, la música y la mitología, convirtiéndose de esta última en un experto mitógrafo. Vivió y estudió en Cambridge, Módena y Moscú para mejorar en idiomas y en lectura de literatura clásica. El 21 de Abril de 2012 descifró la lengua ibérica, siendo respaldado por el insigne PhD. Professor Oleg Bazaluk de la National Pedagogical Dragomanov University, asimismo invitado a dar conferencias y presentaciones sobre los iberos y celtíberos en distintas universidades de Europa y desde entonces ponente de la Sociedad Filosófica Internacional (SFIC); autor en la revista académica Ph&C; miembro del consejo de redacción de la revista científica Future Human Image Scientific Journal; revisor de documentos científicos en el área de humanidades de la revista Cogent OA - Taylor & Francis Group y otras publicaciones científicas; indexado como científico por las autoridades científicas rusas. Ha publicado cerca de 200 trabajos y estudios en Academia.edu y otras plataformas como investigador independiente desde 2013. En apenas tres años, publicó dos libros como autor de la trilogía EL SECRETO ÍBERO: Karuo (2013), Hijos de Titanes (2015). A la vez ha participado como co-autor en ediciones publicadas por notorias instituciones culturales españolas como son la Institución de Estudios Complutenses y la Diputación Provincial de Guadalajara en los encuentros de Historiadores del Valle de Henares. Cuenta desde 2014 con el aval de reputados académicos, doctores y científicos internacionales. Siendo respaldado aproximadamente en una cincuentena de áreas del conocimiento: Filosofía del Lenguaje, Ontología, Filosofía Antigua y Fenomenología, entre otras materias. Como gramático, sus hallazgos y teorías han sido recogidas por numerosos medios de comunicación y prensa en todo el mundo. En la actualidad estudia inéditas etimologías y topónimos de los pueblos y ciudades de España a partir de la escritura y lengua ibérica.