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Productos frescos en la primera y una actividad complementaria en la segunda

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La alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, y la consejera de Desarrollo Económico e Innovación, Leonor González Menorca, han participado esta mañana en la presentación que responsables de Mercasa -empresa dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad- han realizado de las conclusiones del estudio técnico para revitalizar el Mercado de San Blas.

Un informe redactado por expertos en este tipo de establecimientos comerciales, que se ha elaborado el año pasado partiendo de las condiciones actuales de la plaza de abastos, atendiendo a los nuevos modelos de consumo y contando con la opinión de clientes y profesionales que explotan los puestos de este mercado de propiedad municipal; con la premisa del mantenimiento de las concesiones que expresamente fue indicada a los redactores. Este estudio forma parte del Plan Integral de apoyo al comercio minorista promovido por la Secretaría de Estado de Comercio, en el que también han sido objeto de reflexión otros nueve mercados minoristas españoles.

Se trata de la mejor herramienta, el mejor punto de partida, para definir un nuevo modelo de mercado que se adapte a los tiempos, a un consumo que ha cambiado, pero sin perder su esencia”, ha señalado Gamarra. La alcaldesa ha valorado positivamente el “exhaustivo” estudio de Mercasa, “que nos va a permitir ahora llevar a cabo una reflexión, conjuntamente con los comerciantes del mercado y una vez conocida tanto su opinión como la de los clientes, para decidir qué intervención conviene acometer”.

Es evidente que las formas de consumo han variado y también que debemos adecuar no solo la oferta sino las condiciones de un edificio histórico como éste para que albergue de forma competitiva, con confortabilidad y comodidad, un mercado moderno. Partir de un análisis realista y en profundidad de las debilidades y fortalezas es lo que estábamos esperando”, ha destacado la alcaldesa de Logroño.

A partir de ahora habrá que analizarlo, valorar costes y oportunidad de las distintas iniciativas y abordar otros aspectos, como el modelo de gestión o vías de financiación, que no eran objeto de atención en este informe pero que deberán estar definidos antes de llevar a cabo el proyecto de modernización. Un proceso que se acometerá de la mano de los comerciantes y contando con el mantenimiento de las concesiones de puestos en estos momentos en vigor, como ha recalcado Cuca Gamarra.

Con la premisa de ser únicamente un documento base, orientativo y no vinculante, ya se conocen algunas de las ideas esbozadas por los técnicos de Mercasa. Así, en la propuesta planteada para Logroño destaca la reorganización de la actividad que se desarrolla en el edificio, reservando la planta baja para los productos frescos que identifican a este mercado tradicional y ubicando en la primera y segunda una actividad complementaria que actúe como motor del conjunto; una actividad que habría que definir pero que en principio podríamos considerar como una mediana superficie. Para ello, sería preciso acometer una serie de reformas en las instalaciones y equipamiento logístico ubicados en el sótano.

Dentro del mercado se plantea agrupar en zonas la oferta de los distintos sectores de alimentación, equilibrando la oferta entre unos y otros “y generando nuevas circulaciones comerciales tendentes a favorecer la visualización de los productos comerciales”, según se indica expresamente en el informe.

Otra de las líneas de actuación sugiere ubicar dos áreas gastroculturales hacia el exterior del mercado, relacionando los productos propios de nuestra tierra con la gastronomía y la cultura, “sirviendo de nexo entre la actividad de la plaza con zonas tan típicas de nuestra cultura y de nuestra gastronomía como son las calles Laurel y San Juan”, ha resaltado la alcaldesa incidiendo en el potencial turístico de esta dotación.

La ubicación estratégica del Mercado de San Blas, en el corazón del Casco Antiguo, e integrado en corredores turísticos como el citado por la alcaldesa, es uno de los puntos fuertes destacados en el estudio. Asimismo se hace referencia al valor patrimonial de un edificio firmado por el arquitecto Fermín Álamo en 1930.

Como se señala en el documento entregado por Mercasa, su informe no “desvirtúa el edificio ni la esencia de su contenido, ya que se mantienen el concepto y los elementos fijos como el volumen, las fachadas, los núcleos de comunicación y la acertada relación con el espacio urbano”.

El fin que se ha marcado esta empresa pública, una vez analizadas las fortalezas y oportunidades del mercado, es “lograr un nuevo diseño, con una propuesta logística y una zona comercial que potencie y, al mismo tiempo, solventelas debilidades y amenazas a las que se enfrentará el nuevo recinto comercial”.

En este sentido distingue cinco objetivos:

- El posicionamiento físico y geográfico, que permitirá que los operadores que se establezcan cuenten con ventajas respecto a cualquier otro comerciante que esté fuera del recinto.

- Conservar e impulsar este formato comercial de proximidad y especialmente el dedicado al sector alimentario, tanto como comprador habitual y/o esporádico -tanto local como turista- como de la red Horeca (hoteles, restaurantes y catering).

- Generar un nuevo concepto de mercado con un tamaño óptimo de puestos, mezcla comercial atractiva, dependencias auxiliares que puedan dedicarse a consigna de pedidos y zona de recogida, eco-espacio, almacenes y selección de residuos...

- Adecuación y modernización de forma que genere más expectación y realmente se signifique un punto de encuentro y comercio en el que participe la sociedad, como lugar diferenciado y de referencia.

- Incremento en el beneficio empresarial gracias al tamaño óptimo de los puestos de mercado y de los locales comerciales; mezcla comercial completa, adecuada y organizada; mejoras operativas en el funcionamiento; captación de nueva clientela; y generación de economías de escala.