¿Qué hace un farmacéutico?

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La dispensación de medicamentos es la actividad farmacéutica por excelencia, y cada vez son más los pacientes que demandan una mayor implicación del farmacéutico, lo que se debe hacer con una base de conocimientos amplia para detectar los problemas que puedan surgir. Por tanto, el papel del farmacéutico es muy importante en la mejora del uso de los medicamentos ya que puede contribuir claramente a la prevención de otras patologías.

Con el objetivo de conseguir que el farmacéutico intervenga activamente en el proceso de dispensación de medicamentos, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Tarragona en colaboración con Novartis y Esteve, organiza el II Curso sobre “Habilidades y Estrategias en Atención Farmacéutica. Dispensación Activa en pacientes con enfermedad cardiaca”.

Según Borja García de Bikuña, Farmacéutico Comunitario, “en el caso del paciente cardiovascular, pero en general con cualquier colectivo, estamos hablando de pacientes polimedicados, con una cierta edad, y que están en seguimiento con especialistas. El farmacéutico está en una posición estratégica para dispensar, con pleno conocimiento, los medicamentos a este grupo de pacientes, detectando señales de alarma, duplicidades, medicamentos ineficaces, patologías no tratadas, abandonos y cualquier otro problema que haga que no se cumplan los objetivos terapéuticos que el médico pensó para esa persona concreta”.

En este sentido, si el farmacéutico se implica en garantizar de forma continua una asistencia profesional, puede influir directamente sobre los valores de morbi-mortalidad cardiovascular y con ello mejorar la calidad de vida de los pacientes y reducir el gasto sanitario relacionado.

Asimismo, otro de los objetivos de este curso es despertar las habilidades de comunicación y entregar diferentes técnicas que ayuden al entendimiento y la comunicación con el paciente y con los profesionales del equipo de salud, para que sea una buena práctica profesional. Por este motivo, el farmacéutico necesita estas habilidades para desarrollar de forma efectiva la farmacia clínica y la atención farmacéutica.

“La principal habilidad es la de detectar los obstáculos que aparezcan para que se de una comunicación eficaz, para poder poner en práctica las técnicas de comunicación que se repasan en el curso (verbales y no verbales). Cabe destacar por su importancia el saber explicar, saber preguntar y saber escuchar. Y, por supuesto, todo con una dosis de empatía por parte del farmacéutico y todo ello en un entorno adecuado y dentro de un equipo motivado”, explica García de Bikuña.