Kiko Hernández, el que fuera concursante de Gran Hermano (no recuerdo la edición) se hacía eco el pasado lunes de una noticia sobrecogedora. Rebeca Perea, la madre de la muñeca que más horas ha esta en la televisión española en la última década, concursante de Gran Hermano 11 ha denunciado a su novio Antonio Rodríguez por una presunta agresión sexual.
Así lo explica Kiko en su Blog: 'El confesionario de Kiko '. Según la denuncia que muestra en dicha página, los hechos sucedieron “a las 2:49 horas del 21 de Diciembre del 2009, en Jerez de la Frontera, Cádiz”. Kiko añade: Para ser justos, debo añadir que en el mismo escrito se puntualiza que “la denunciante”, quien “dice ser” Rebeca, acude a la comisaría “sin acreditarse” y explica, “en un momento ansioso”, que esa madrugada, “después de encontrarse en una discoteca de esa misma localidad, se dirigió al domicilio de los padres de Antonio Rodríguez junto a un tercer acompañante”.
Una vez allí, “se instala en uno de los dormitorios del domicilio, ya que se encontraba perjudicada por la ingesta de alcohol en la discoteca. Acto seguido, siente como un joven entra en la habitación, se mete en su cama y minutos más tarde empieza a mantener relaciones sexuales con ella. Si en un primer momento Rebeca creyó percatarse de que el sujeto en cuestión no se trataba de Tony, sus dudas fueron resueltas al visualizar a Tony de pie al lado de la cama grabando con un teléfono móvil todo lo que estaba aconteciendo, siendo el joven que se encontraba en la cama con ella, el tercer acompañante, un chico de raza negra”.
Rebeca al observar esto y en “un arrebato” manifiesta: “Eso sí que es un hombre”, motivo por el cual Toni comienza a ponerse “bastante agresivo” mientras le dice: “Esto sí que es una exclusiva, voy a vender que me estabas poniendo los cuernos, ya tengo lo que quería, ¡eres una guarra!”.
Tras leer esta denuncia en el plató del programa donde colabora, Kiko aseguraba saber que Rebeca se encontraba en Cádiz, sola, sin dinero y sin saber qué hacer, con miedo a que se enteren sus padres. Rosa Benito prestaba su humilde ayuda y ofrecía a la joven concursante de Gran Hermano su casa y todos los métodos a su disposición para ayudarla a superar este duro trago.