Un total de 326 personas refugiadas han sido atendidas por Cruz Roja en el último año La Rioja. 326 personas de 30 nacionalidades diferentes que se han visto obligados a huir de su país, dejar su vida y a sus familias porque sufren persecuciones y amenazas por razón de ideología, religión o etnia.
Son personas que no han decidido voluntariamente abandonar su país y que casi siempre lo han tenido que hacer de forma precipitada, solos y con escasas pertenencias. Mochilas vacías de necesidades materiales y psicológicas y cargadas de preocupaciones, ansiedades y desconocimiento sobre el futuro: “Han dejado todas las redes de apoyo en el país de origen y vienen con la inquietud de cuál será el futuro que les espera y qué pasará con los familiares que se han quedado en el país”.
Así describe la situación de las personas refugiadas Maruja Torres, la trabajadora social del sistema de acogida para solicitantes de protección internacional en La Rioja que gestiona Cruz Roja. La entidad construye una red de apoyo que se teje a través de varios recursos y fases y que permite una vida normalizada y en paz cuando termina el proceso.
Tres fases para construir una nueva vida
En este sentido, explica que el programa se articula en tres fases. La primera es de valoración inicial y derivación, que acoge a personas que acaban de llegar a España, carecen de recursos económicos y precisan un alojamiento. En este fase, se ha alojado a 39 personas este año, con Venezuela, Colombia, Honduras, Mali y Cuba, como las principales nacionalidades.
La segunda fase es la acogida. En este momento, a las personas que han llegado a España y han pedido acceder al sistema de acogida, el Ministerio les asigna una plaza en una provincia. Así, Cruz Roja ha alojado en La Rioja a 55 personas y la mayoría eran de Colombia, Venezuela, Rusia, Ucrania y Mali. Finalmente, la fase de autonomía consiste en el apoyo a las necesidades económicas, sociales, jurídicas o con el idioma que tienen las personas que han finalizado su estancia, tienen una resolución favorable de protección internacional e inician su vida de forma independiente. En la fase de autonomía se ha apoyado a 54 personas en el último año en La Rioja y las principales nacionalidades han sido Ucrania, Siria, Mali y Afganistán.
En el sistema de acogida para personas solicitantes de protección internacional lo gestiona Cruz Roja y está financiado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Wl tiempo de permanencia máximo es de 18 meses y a lo largo de este tiempo Cruz Roja ofrece diferentes servicios como acogida con alojamiento, manutención y satisfacción de las necesidades más básicas. También aprendizaje del idioma, atención jurídica con seguimiento de todo el proceso de la petición de protección internacional, atención psicológica, servicio de empleo y traducción e interpretación porque es muy importante que toda la información sea comprensible para ellos.
Marcha atrás a un centro con 300 plazas para personas refugiadas
En Logroño, estaba planteada la construcción de un centro de acogida para personas refugiadas con capacidad para 300 personas en el barrio de El Campillo. Sin embargo, el alcalde de Logroño, Conrado Escobar, anunció el 9 de agosto - poco más de dos meses después de tomar posesión- que rechazaba la construcción de este centro y consideraba que “no es la fórmula idónea”. Cruz Roja prefiere no posicionarse y consideran que en su caso es el Ministerio quien debe valorar si el sistema de acogida es capaz de atender a todas las personas que llegan. Por el momento, en La Rioja no hay problemas para atender a las personas porque se asignan las plazas en función de la capacidad o se deriva a otras provincias cuando no la hay.
Las persona refugiadas pueden solicitar preferencias por una provincia y se distribuyen por todo el país. Así, en La Rioja también se atiende personas que han llegado en patera a las costas de Canarias o el sur de la península en trayectos durísimos. “Entran en alojamiento de ayuda humanitaria y manifiestan que quieren pedir protección internacional y se activa el protocolo para el protocolo de acogida. Luego el Ministerio los deriva a recursos de La Rioja, en nuestro caso”, explica Maruja Terroba del proceso. “Tienen muchas lagunas del proceso migratorio, desconocen la fecha de salida y de llegada, los países que han atravesado... Indudablemente, el servicio de atención psicológica es fundamental”, apunta la trabajadora social.
En Gaza ni siquiera pueden huir
Por costa la mayoría son personas individuales. Pero también hay menores refugiados en La Rioja, en la mayoría de los casos de zonas en los que el viaje es cómodo, sobre todo Latinoamérica, que entran por el aeropuerto. Aunque no en el mismo volumen que cuando comenzó la invasión, siguen llegando personas de Ucrania, la mayoría núcleos monoparentales de madres con menores, ya que ellos por las obligaciones militares no pueden. En este caso, suelen solicitar la protección temporal. Mientras el terror en Palestina avanza, sus habitantes ni siquiera pueden huir y a La Rioja no han llegado personas de Gaza: “Solo recibimos un caso que llegó con los viajes organizados por el Gobierno y era familiar de una persona con española, lo que no se contempla en el proceso”.
Cruz Roja decide mantener la privacidad de personas que están en el sistema de acogida para no ponerlos en riesgo exponiéndolos y que puedan ser localizados. Pero Maruja Terroba sí que celebra que son muchas las personas y familias que completan el proceso e inician una nueva vida, la mayoría de ellos en La Rioja, “completamente normalizada, insertados laboralmente, con acceso a las prestaciones sociales públicas como el resto de ciudadanos”.
“Es muy satisfactorio poder ayudar a una persona que llega a España sin ningún tipo de recurso y poderle darle esa acogida material y la atención humana que les ofrecemos”. Para las personas que trabajan con ellos, como la trabajadora social del servicio, “es muy gratificante ver que la gente sale adelante”.