La Rioja plantea ampliar los tratamientos de fertilidad hasta los 42 años, aunque prioriza reducir la lista de espera

El descenso de la natalidad y el retraso de la maternidad está provocando cambios también en los tratamientos de fertilidad. La recomendación del Ministerio de Sanidad es que el límite de edad de las mujeres para someterse a estas técnicas sean los 40 años. Sin embargo, varias comunidades autónomas han abierto la puerta a ampliar la edad hasta los 42 años como respuesta a esta situación demográfica.
La Rioja también está estudiando ofrecer en la sanidad pública tratamientos de reproducción asistida hasta los 42 años. No obstante, en el Hospital San Pedro son prudentes todavía: “Lo estamos valorando, pero estamos todavía en los primeros pasos del estudio”, apunta la doctora María José Puente, jefa de Servicio de Ginecología y Obstetricia, que señala que ya se han iniciado comunicaciones con otras comunidades autónomas como Madrid, Castilla y León o Cantabria, donde sí se ha ampliado, o con País Vasco o Navarra, que no.
La doctora Puente reconoce que no hay evidencia científica sobre la posibilidad de ampliar este límite de edad con éxito y la medida se debe a cuestiones sociales, “como una necesidad de apoyo a las mujeres que han retrasado su embarazo”.
A partir de los 40 años, la tasa de embarazo decae bajantes hay más probabilidad de complicaciones de aborto y para la madre
Lo que dice la ciencia, y explica la jefa de servicio del Servicio Riojano de Salud, es que “a partir de 40 años, la tasa de embarazo decae bajante, disminuye la cantidad y calidad de ovocitos y hay más probabilidad de complicaciones de aborto y para la madre”. Los datos lo respaldan, con la fecundación in vitro la tasa de éxito es de un 40% en mujeres por debajo de los 35 años, entre los 35 y 40 años baja a un 20-25% y en mujeres mayores de los 40 años, el éxito es de un 5-10%. La tasa de éxito en la inseminación artificial todavía es menor, de un 12% en mujeres menores de 38 años, puesto que a partir de esa edad se suele optar por in vitro.
Además, según señala, que la calidad de los ovocitos sea baja también conlleva que haya que aplicar la técnica de diagnóstico genético preimplantacional, es decir, estudiar los embriones para que no haya malformaciones y haya menos alteraciones genéticas. Técnicas, “muy laboriosas y costosas, que se hacen ya en Logroño, ”aunque en casos puntuales, de alguna alteración genética, por ejemplo“. Si se amplía la edad para someterse a los tratamientos, tendrían que aumentar también los diagnósticos genéticos preimplantacionales para asegurar que los embriones que transferimos estén libres de enfermedad, tal y como aconsejan asociaciones de fertilidad, como la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (Asebir) o la Sociedad Española de la Fertilidad (SEF).

A pesar de ello, la doctora Puente reconoce que la ampliación de la edad “es una prestación que probablemente salga adelante”, aunque se mantiene prudente porque todavía siguen estudiando y no habla de fechas. En el caso de llevarse a cabo, cree que se haría de forma progresiva, primero hasta los 41 y después ampliar hasta los 42 y con listas de espera diferentes, “una hasta los 40, que se ha visto que hay más posibilidad de conseguir un recién nacido vivo, lo que estamos haciendo ahora en la mayoría de comunidades y luego, a partir de los 40, en otra lista de espera”. Además, plantea otras medidas que se podrían implantar para responder también al bajo índice de natalidad, como aumentar el número de ciclos por debajo de 40 de 3 a 4.
Aunque los profesionales de Ginecología de la sanidad riojana siguen estudiando la opción, la prioridad del servicio ahora es reducir la lista de espera. Los quirófanos para la reproducción asistida estuvieron cerrados en noviembre para realizar algunas mejores, lo que ha hecho que la lista de espera crezca y si hace un año estaba en 6-8 meses, actualmente ha aumentado hasta los 10 meses para los tratamientos porque, aclara la doctora Puente, “para los estudios previos necesarios no han parado y no hay lista de espera”.
Tratamientos de fertilidad disponibles en La Rioja
En La Rioja se hacen actualmente en la sanidad pública tanto técnicas de inseminación artificial como fecundación in vitro. Ambas comienzan con un estudio previo de la reserva ovárica para conocer si esa mujer va a responder o no a la estimulación y se van a conseguir ovocitos de calidad, el estado de las trompas y también para analizar si hay contraindicaciones, como por ejemplo, ser portadora de VIH.
Después de la estimulación ovárica, en el caso de la inseminación artificial, la sanidad pública cubre cuatro ciclos con semen de la pareja y seis ciclos con semen de donantes. En la fecundación in vitro, que consiste en obtener los ovocitos y los espermatozoides y fecundarlos y después implantar los embriones a la mujer, se cubren tres ciclos. Estos se pueden acumular, es decir, no transferir embriones después de cada ciclo, sino criopreservar los ovocitos en los tres intentos para conseguir los de mayor calidad. Otra técnica posible, pero que no cubre la Seguridad Social, es la ovodonación, con óvulos de una donante que se fecundan y se implantan a la mujer gestante.
Además de las técnicas de fertilidad, “en el Hospital San Pedro también hay preservación de la fertilidad”, aplica la doctora Puente, es decir, preservación de ovocitos y espermatozoides, aunque no por la llamada causa social, por elección. Se preservan ovocitos en mujeres que se vayan a someter a tratamientos de quimioterapia, con endometriosis o con enfermedades que condicionan una baja reserva ovárica. También se preservan los espermatozoides de hombres antes de la quimioterapia, al igual que se conservan los ovocitos y espermatozoides en hombres y mujeres trans.
En el servicio de Ginecología del Hospital San Pedro, el hospital público de Logroño y el principal de la comunidad autónoma, se atendieron en 2024 1712 partos, según los datos que facilita la doctora, algo más que los 16.664. Todavía no hay cifras de las técnicas de reproducción asistida en 2024, aunque se estima que se realizaron entre 175 y 200 ciclos de fecundación in vitro y en inseminación artificial, unos 380. Aunque ahora los profesionales están centrados en reducir la lista de espera, siguen estudiando si cubrir los tratamientos de reproducción asistida hasta los 42 años como respuesta a la bajada de la natalidad.
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