Cecilia estudia psicología en la Universidad de Valencia. Enrique habla a la perfección y acaba de descubrir, pasados los 20 años, el lenguaje de signos. Ambos son sordos pero han superado todos los obstáculos y llevan una vida perfectamente normalizada. Tienen otra cosa en común. Ambos han recorrido este camino de la mano de Isabel Olleta, audióloga, logopeda y especialista en atención temprana.
“Las cosas han cambiado muchísimo”, explica Olleta, “ahora con apenas tres o cuatro meses ya detectamos que un bebé no oye bien, y desde ese momento se empieza a actuar, hace 20 años no venían a la consulta hasta los tres añitos, cuando los papás detectaban que no hablaban”.
Es la principal clave para conseguir el perfecto desarrollo de un niño sordo. “El bebé más pequeñito que tenemos ahora en el centro tiene cinco meses, ya lleva audífonos y hemos empezado a trabajar con él para que pueda desarrollarse normalmente en todos los aspectos de su vida”.
Antes, cuando no había implantes cocleares y los audífonos eran de malísima calidad, la Asociación de Personas Sordas realizaba una inmensa labor con el lenguaje de signos, ahora los niños pueden elegir. “La mayoría de las familias eligen empezar con el lenguaje oral y luego son los propios niños los que quieren aprender lenguaje de signos por curiosidad”, señala Olleta, “y es magnífico, el bilingüismo es una gran ventaja y siempre es mejor dos idiomas que uno, además el lenguaje de signos es precioso”.
Lo que tiene claro esta especialista es que los niños sordos pueden llevar una vida totalmente normalizada y considera fundamental romper los tópicos y barreras. A nivel social las cosas no son sencillas pero ni para estos niños ni para ningún otro. “Siempre hay algún tipo de discriminación pero igual que a ellos por ser sordos, a otro por ser gordito o a otro por llevar gafas, se señala la diferencia, pero también les preparamos para eso, para que no vean su discapacidad como algo malo y su aprendizaje no tenga que ver sólo con el lenguaje sino también con un aspecto más psicológico”.
Lo fundamental, para los especialistas, es que el engranaje funcione. “Cuando detectamos que hay una dificultad auditiva, ponemos en marcha todo el mecanismo a través de los padres, cuidadores y también los centros educativos. Es fundamental que todos tengan información, que sepan colocar bien los aparatos o detectar cuando no tienen pilas porque a ninguna persona nos enseñan a hablar, aprendemos con el ambiente, y la conexión de los niños con ese ambiente es fundamental desde que nacen”.
El camino no siempre es fácil pero el trabajo acaba dando frutos. “Cada pequeño avance es bonito, desde un niño que dice una palabra hasta un abuelo que puede ver la tele por primera vez sin el temor de molestar a sus vecinos”, asegura Olleta.
VER PARA ENTENDER
El Centro Cultural IberCaja de Logroño acoge este sábado el encuentro de personas con discapacidad auditiva en el ámbito educativo 'Ver para entender', organizado por la Asociación de Personas Sordas de La Rioja.
A las 10:00 horas tendrá lugar la inauguración, seguida de la bienvenida y los discursos de autoridades. De 10:30 a 11:15 horas se hablará de la Atención a la Diversidad en La Rioja y después, hasta las 12:00 horas, de los recursos del colegio bilingüe Ponce de León. Tras el descanso, habrá una mesa redonda sobre las barreras en la educación de los jóvenes sordos en La Rioja.