Jesús Sala está exultante, pero sólo lo demuestra en determinados momentos de su discurso. Sabe que, pese al buen momento de su equipo, pese a la magnífica racha que ha colocado al Caja Rioja a una sola victoria del líder, su trabajo debe centrarse en el siguiente partido. “A veces es un poco duro para todos porque nada más ganar a otro equipo y mantener la racha no podemos disfrutarlo; hay que pensar ya en el siguiente”, asegura un Sala que ve con satisfacción como su equipo ha cumplido lo que se había propuesto tras el primer tramo de liga.
“Teníamos que mejorar dos cosas: atrás, porque anotábamos mucho, pero necesitábamos mejorar la defensa individual; y ser capaces de ser más duros mentalmente cuando jugábamos con la gente de arriba”, asegura un Jesús Sala que cree haber cubierto “los objetivos mínimos de mejora” que se había marcado el grupo.
Los brillos llegan a todas las áreas, aunque hay quien atrae la ateción de todos los focos: “Me gusta tener a un jugador como Stevie, claro que me gusta, pero funciona simbióticamente con el equipo: él hace mejores a sus compañeros y, a su vez, se hace mejor gracias a ellos”. Eso piensa Jesús Sala del jugador franquicia de un equipo que, sin embargo, centra su importancia en lo colectivo.
De hecho, Sala asegura que “Stevie sabe que este año tiene el reconocimiento del equipo sin que los demás se lo digan, pero todos entienden perfectamente las situaciones de partido”. “Este año tenemos un ataque muy abierto, con muchas posibilidades”, cuenta el técnico del equipo riojano cuando recuerda que “el año pasado también estaba Stevie y no era el mismo de esta temporada”.
Sala reconoce que “el equipo se aproxima” a sus gustos: “El año pasado jugábamos a que fallara el otro en ataque y posiblemente teníamos más calidad en ataque pero este año somos mucho más colectivos, más imprevisibles para el rival y tenemos mejor grupo”.
“El año pasado me di cuenta que lo importante es traer a jugadores que se adapten a nuestro juego y que entren dentro de nuestras posibilidades económicas”, recuerda Sala, que considera que “la persona es lo importante, tienen que creer en lo que hace el equipo, trabajar en los entrenamientos y nos ser muy individualistas”.
“No es utópico pensar que podemos ascender, pero sí irrespetuoso con los rivales, porque no depende de nosotros”, señala un Sala que siempre apuesta pro estar con “los pies en el suelo”. “No hay que volvernos locos, si el objetivo era estar en el play off e intentar pasar de ronda, no podemos cambiarlo ahora”.
En cualquier caso, el objetivo principal es “no perder la quinta plaza”: “Es básico, porque da ventaja en el play off al jugar los dos primeros partidos seguidos en casa”.
El técnico madrileño ve al equipo físicamente perfecto. “El año pasado nos faltó un poco de gasolina, pero Nacho Arbués está haciendo un trabajo impresionante, cuidando el físico en lo colectivo y también en el trabajo individual”.