María Vargas alcanzó el mayor éxito de su carrera cuando fue nombrada Mejor Enóloga del Mundo por el prestigioso crítico Tim Atkin. Ella tiene claro que nada de esto hubiera sido posible sin Marqués de Murrieta, la bodega y los viñedos con los que, desde hace más de 20 años, elabora sus vinos.
Hemos subido a María Vargas a bordo de un Mercedes E 220d Estate Allterrain para recorrer con ella los viñedos centenarios de Marqués de Murrieta y Castillo de Igay y descubrir algunos de sus secretos.
En esta espectacular ruta por las viñas de invierno, Vargas nos desvela que, más allá de La Rioja, sus vinos favoritos son los del Noreste de España y nos habla además del matriarcado que existe en las bodegas de Galicia.
“Lo más importante de un vino, es que te guste o no”
Recorremos también su infancia en Haro. “Es imposible vivir en Haro y evadirte del mundo del vino, mis compañeros de clase tenían viñas y bodegas, hemos jugado al escondite entre barricas”, recuerda, “en La Rioja somos unos privilegiados, esto es único en el mundo y debemos enviar ese mensaje, nos lo tenemos que creer”.
“¿El secreto para ser la mejor enóloga del planeta? El viñedo que tengo”
Asegura que cada día le gusta más el vino pero huye de esnobismos al afirmar que lo más importante en un vino es “que te guste o no, porque a veces lo hacemos demasiado complejo”. Considera que La Rioja tiene una cultura envidiable en el ámbito vitivinícola pero cree que “todo es mejorable, hay que ponerse mucho las pilas”.
¿Qué tiene María Vargas para ser la mejor enóloga del planeta? La jarrera tiene la humildad por montera y su respuesta a esta pregunta es rotunda: “el viñedo, eso es lo mejor que tengo, la seña de diferencia, un viñedo único. Luego yo lo que hago es tratar de sacar lo mejor del fruto que tenemos”.