El domingo 29 de enero tendrá lugar la XVI edición de la subida a las neveras de Moncalvillo en Sojuela, que tiene por objeto “engrandecer” y “dar a conocer lo que significaba en la anterioridad el comercio del hielo y de las neveras en la zona del Moncalvillo y, concretamente, en Sojuela”.
Una nueva edición, que espera reunir a unas 700 personas, que ha sido presentada este lunes, por los concejales del Ayuntamiento de Sojuela, Ángel Martínez y Diego Fernández, además de la coordinadora de la actividad, Andrea Gil de Muro.
En concreto, la recepción será a las 08,30 horas en la propia plaza del Ayuntamiento para iniciar la marcha, tras comer un chocolate con churros, rosquillas y caldo. A partir de ahí, los excursionistas -para lo que no se requiere inscripción previa- ascenderán los 700 metros de desnivel que dan acceso a las neveras.
Se trata, según ha explicado Ángel Martínez de una marcha de siete kilómetros de ascensión, para alcanzar los 1.460 metros donde se sitúan las neveras, y otros siete de bajada. Durante la subida habrá puestos de agua para ofrecer a los marchadores.
No obstante, desde Sojuela se han organizado de forma paralela otras actividades para quien no desee hacer la excursión, ha explicado Gil de Muro.
En concreto, se inician a las 11,00 horas con juegos infantiles y una visita al Ecomuseo de las Neveras, que dará paso a la representación, a las 12,30 horas, del llenado de hielo en el frontón, para a continuación iniciar, de 13,00 a 15,00 horas, una comida de patatas con chorizo y helado.
Además, durante todo el día se podrá visitar la exposición de fotografías del Concurso Fotográfico de Naturaleza y Montaña -cuyos premios se entregan el sábado 28 de enero- y se podrá visitar el Centro de Interpretación Casa de la Nieve de Moncalvillo, así como la muestra de las mariposas del proyecto 'Lepisojuela', además de comprar en el mercado tradicional.
Historia de las neveras
Cabe destacar que las neveras, según ha explicado Diego Fernández “ya desde las glaciaciones fueron muy importantes en la vida del ser humano, pero en los siglos XVI, XVII, XVIII e incluso el XIX, fueron cuando realmente tomaron relevancia ya que comienzan a proliferar estas neveras” por la importancia del hielo en la época “un bien muy preciado entre las personas”.
El hielo, ha explicado, “no solo servía para conservar alimentos sino que además fue una revolución y elemento indispensable para la medicina” (Criología). Además, “la aparición de la imprenta hizo que, mediante la comunicación, proliferase la construcción de neveras en diversos puntos riojanos”.