Todo o nada. De seis victorias seguidas a encadenar cuatro derrotas. Ni tan bueno, ni tan malos. El fútbol es caprichoso. La UD Logroñés ha visto pasar 12 puntos que no vuelven. ¿Por qué no ha logrado ninguno? Por de pronto, entre otras cosas, porque en el aspecto defensivo no ha sido tan fiable como en la espectacular racha positiva. Evidentemente, en la parcela ofensiva la efectividad ya no aparece -pese a que probablemente se esté generando algo más-. Es decir, la falta de contundencia en las áreas está determinando que los riojanos no sumen. Pero a ello hay que añadir que este equipo está siendo superado por sus adversarios más de lo que ocurría antes. En este sentido, los rivales sí aprovechan esos momentos en los que están mejor, sí cuentan con esa calidad individual que da victorias, sí encuentran la jugada para desestabilizar.
Ante el Girona, partido aplazado de la segunda jornada, se vio a una UD Logroñés con un perfil más proactivo. Tratando de parecerse a ese equipo compacto, difícil de superar y que maximiza sus oportunidades. Pero enfrente estaba un conjunto hecho para pelear por el ascenso y se fue acusando con el paso de los minutos. Porque los logroñeses mantuvieron el tipo, cortaron el ritmo que quería imponer el bloque local y transmitieron peligro, aunque fuera en acciones a balón parado. Sin embargo, contar con un delantero como Stuani es determinante. Hasta la fecha no había ‘mojado’ esta campaña. Desde este jueves ya ha anotado dos goles.
El ariete de los catalanes apareció cuando probablemente más se estiraba el cuadro blanquirrojo -de azul en Montilivi-. Tras el 1-0, las variaciones tácticas de Sergio Rodríguez no surtieron efecto. Al contrario, el Girona dispuso de claras ocasiones. Un poste, un gol más y un larguero. Entonces con una acción esporádica, un córner, los visitantes creyeron. Aunque la fe duró minuto y medio, lo que le costó al VAR revisar la jugada y anular el tanto de Ander Vitoria por fuera de juego de Olaetxea. Entonces, los locales tiraron de oficio y conservaron el 2-0; la UD Logroñés le puso ganas y se acercó sobre Juan Carlos, falló el remate. Fin de la historia, el domingo ante el Espanyol nueva oportunidad de quebrar la mala dinámica.
Para el enfrentamiento en Montilivi, el preparador riojano retornó a la defensa de tres centrales para buscar más seguridad a la zaga blanquirroja ante el debut de Dani Giménez. El quinto portero (Miño, Yari, Santmaría y Pradas) que esta campaña defiende a los logroñeses. Ver para creer. De estar en el paro a actuar de titular un día después de su contratación. Es el fútbol profesional y la suerte de no haber agotado todas las fichas ante los constantes musculares que han surgido bajo los palos de la UD Logroñés. Con Ander Vitoria como referente -Roni, lesionado, y Leo Ruiz, sancionado-, sólo Bogusz, por arrancadas y calidad, y el balón parado fueron las amenazas reales de los riojanos durante una primera parte en Montilivi algo trabada.
Mejor para los intereses de los visitantes, que arrancaron intentando dándole pausa al duelo con la posesión de la pelota. No tuvo su efecto porque los de Francisco necesitan poco para intimidar. Bernardo remataba en un córner y Stuani tiraba para el estreno de Dani Giménez. Al menos, la UD Logroñés se estiraba gracias a una internada de Iñaki y u posterior rechace que cazó Bogusz para chutar desde lejos desviado. Acto seguido, Sylla desperdiciaba la mejor oportunidad de los locales tras un gran pase a la espalda de los centrales, pero el ariete confundió un tiro franco, con muchas opciones de gol, con una asistencia a Stuani, abortada por Álex Pérez.
El encuentro iba de área a área y ganaba en vistosidad. Iñaki ponía una falta lateral de lujo y Bobadilla no atinaba en la ocasión, con mayúsculas, de los riojanos. La réplica no se hacía esperar con un tiro desde la frontal de Yoel Bárcenas, una falta escorada de Gumbau, que repelió Dani Giménez, o un remate de Stuani arriba después de un centro desde la derecha. Entre medias, sólo un par de aproximaciones de los logroñeses; una falta lateral de Iñaki que remató Andy sobre Bobadilla -en la caída se llevó un golpe involuntario de un defensor- y un saque de esquina cabezado por Ander Vitoria.
La segunda mitad arrancó con un Girona más convencido, pero a su vez con una UD Logroñés incisiva por el carril zurdo y amenazante a balón parado. Por si fuera poco, Bogusz lanzaba un latigazo que provocaba la estirada de Juan Carlos. Sin embargo, Stuani certificó que casi de la nada te hace un gol. Samu Saiz, demasiado suelto, dibujó un buen balón para Sylla, el rechace le caía a Álex Pérez que en su afán de impedir el córner dejó la pelota con vida. Tanta que Calavera la puso en el área para que Stuani, de volea, superara a Dani Giménez.
A renglón seguido, movimientos de ajedrez. Monchu, con cartulina, dejaba su sitio a Cristóforo, mientras que Sergio Rodríguez varió el dibujo en su deseo de empatar. Pero con lo que se encontró fue con transiciones del Girona que sentenciaron la contienda. En primera instancia Stuani dejaba a Sylla, pero el senegalés mandaba al poste. Pero después, era Sylla el que asistía para que Stuani certificara la victoria salvo reacción visitante.
Además, con la zaga despoblada el cuadro de Francisco aprovechaba los espacios y Samu Saiz, con una vaselina, pudo hacer más sangre. Balón al larguero. Pese a ello, la UD Logroñés pudo volver a meterse en el partido, pero el VAR quitó las mínimas ilusiones de raíz. Iñaki sacó de esquina, Ander Vitoria remataba en el segundo palo y cruzaba para hacer imposible la estirada de Juan Carlos. Pero Olaetxea, en posición de fuera de juego, hacía ademán de remachar (sin tocar).
Los riojanos, con ganas e ímpetu, se volcaban, pero el Girona administraba la ventaja con criterio ante el carrusel de sustituciones en ambos bandos. Van la Parra tenía unos minutos para coger ritmo, mientras que Arnedo le daba un respiro a Andy. Siddiki dispuso de una buena oportunidad para reducir la renta, pero dudó unas décimas de segundo suficientes para luego no encontrar portería. Asimismo, Zelu lo intentaría con un tiro cruzado, pero sin atinar entre los tres palos. Incluso se vislumbró una buena conexión entre el holandés y el marroquí, pero que se quedó en nada. El choque estaba acabado, los dos equipos lo aceptaron pese a que los logroñeses buscaron el gol. Toca pensar en el Espanyol sin mirar hacia atrás; sería un error.
Ficha técnica
Girona: Juan Carlos; Calavera, Santi Bueno, Bernardo, Luna (Franquesa, min. 78); Yoel Bárcenas, Monchu (Cristóforo, min. 62), Gumbau (Ibrahima Kebé, min. 83), Samu Saiz (Pablo Moreno, min. 83); Sylla y Stuani (Manu Bustos, min. 77).
UD Logroñés: Dani Giménez; Iago López, Álex Pérez (Siddiki, min. 66), Bobadilla, Clemente, Iñaki; Olaetxea (Sierra, min. 80), Petcoff (Zelu, min. 66), Andy (Arnedo, min. 85), Bogusz; y Ander Vitoria (Van la Parra, min. 80).
Goles: 1-0, min. 58: Stuani. 0-2, min. 68: Stuani.
Árbitro: Dámaso Arcendiano Monescillo (Comité Castellano manchego). Amonestó a Monchu (min. 13), Calavera (min. 80) y Manu Bustos (min. 93), por el Girona y a Bogusz (min. 42), por la UD Logroñés.
Foto: UD Logroñés