Victoria importante del BM Logroño tras la derrota sufrida ante el líder y el empate concedido en el último choque en el Palacio. Había que volver a ganar y, a poder ser, hacerlo con suficiencia. Se logró porque enfrente había un rival, como Zamora, limitado. Exigió lo que pudo a los locales que en cuanto se pusieron firmes en defensa -muy de vez en cuando y en tacadas- para poder salir al contragolpe evidenciaron que los puntos se quedaban, como cabía esperar, en Logroño. Triunfo que deja a los franjivinos a un punto de la tercera plaza, pese a ser séptimo en Asobal, y con la incertidumbre de saber cuál será el rendimiento de los pupilos de Jota González ante Guadalajara y Anaitasuna, próximos rivales.
Contra Zamora, el bloque local apeló a la capacidad individual -Chiuffa y Garciandia- en fases de la primera mitad. Y a dar un punto más de intensidad en determinados momentos que bloquearon a su adversario en ataque para correr y marcar goles con claridad. En ese tira y afloja, el BM Logroño se distanció en los compases iniciales del segundo tiempo para controlar un duelo irregular, con luces y sombras.
Arrancó el partido con poca defensa. Y eso que los primeros ataques de ambos equipos no fueron buenos. Sin embargo, luego se impuso la anticipación ofensiva ante la falta de rapidez en las tareas defensivas. Con ese panorama los porteros titulares, tanto Aginagalde como Calle, dejaron su lugar a los suplentes, Krupa y Posado, pasado el cuarto de hora. Bajo esa tesitura, el BM Logroño, más allá del 2-0 que se convirtió en 2-3, iba siempre un punto por delante de su adversario, un Zamora respondón que no le hacía ascos al intercambio de golpes.
El problema era que los de Jota no podían correr y eso no es buen síntoma para los franjivinos. Así que había que depender del acierto de Chiuffa, desde los 7 metros y del exterior, además del látigo de Garciandia. Con once dianas entre los dos el cuadro local mantenía el tipo porque el Zamora encontraba siempre la vía para buscar un tiro desde los seis metros o un lanzamiento despejado.
Hasta el empate a trece pasado el minuto 20. Entonces los de Eduardo García atravesaron un bache importante. Seis minutos sin anotar. Es como si con una pizca de atención y concentración el BM Logroño empezó a defender con algo más de interés. Momento que escogió el equipo local para correr. Kukic, Miguel Sánchez-Migallón y Ángel Fernández culminaba rápidas transiciones que se convertían en una ventaja jugosa, 17-13 a 4 minutos del descanso. Pero como ya sucediera ante Bidasoa, los de Jota no calibraron los instantes finales. El Zamora recortó y Magadán dejaba el 18-16 en el intermedio sin que ningún defensor riojano fuera a tapar el lanzamiento del motor de los visitantes.
ROBAR Y CORRER
La intención del BM Logroño en el comienzo de la segunda mitad fue tajante. Intensidad defensiva para robar y salir al contragolpe.
Previamente, en juego posicional Kusan fue la referencia en ataque para abrir a la defensa zamorana. De esta manera, con un parcial de 4-0 gracias a tres contras de libro después de meter una buena mano, los de Jota se disparaban con el 23-18.
Trabajo casi hecho. Ahora faltaba lo que en ocasiones cuesta, rematar la faena. Zamora apostó por meter balones al pivote. Le salió bien la estrategia porque fue recuperando la moral perdida mientras su casillero se incrementaba de goles. A los franjivinos les bastaba con responder con cierta continuidad pese a que no se mantuviera el nivel de los primeros compases del segundo período. Kukic, con dos goles seguidos, ampliaba la diferencia, 25-19 (minuto 40) y Del Arco la hacía más grande cinco minutos después, 29-22.
Y después de un tiempo muerto de Jota en el que Paredes se llevó una buena bronca, el BM Logroño, gracias a sus robos y contragolpes tomaba la directa para sumar dos puntos más tras dos goles de Chiuffa que se iba al banco con los deberes hechos, 33-24. Poco más de 9 minutos para pocas cosas, para que Cadarso, desde los 7 metros, cerrara el duelo con el 37-29 -y todos los locales marcaran algún gol, salvo los porteros-, para dar oportunidades en los dos conjuntos, para que se cometieran errores en las dos partes de la pista y para que el público se fuera a casa satisfecho por el triunfo porque pese a ser séptimo en la tabla, la tercera plaza queda a un punto -Ademar León cuenta con una buena renta para asegurar el subcampeonato, 5 puntos más que los franjivinos-.
Los dos siguientes compromisos antes de Semana Santa van a marcar el lugar al que puede aspirar este BM Logroño: sábado, Guadalajara, y después el miércoles siguiente viene al Palacio Anaitasuna.
FICHA TÉCNICA
BM Logroño: Aginagalde (p), Ángel Fernández (5), Del Arco (2), Castro (1), Garciandia (5), Chiuffa (9, 3p) y Garabaya (1), siete inicial, Kusan (2), Miguel Sánchez-Migallón (3), Kukic (3), Montoro (2), Paredes (1), Muñoz (2, 1p) y Cadarso (1p).
MMT Seguros Zamora: Calle (p) (2), Ceballos, Iriarte (2), Magadán (5), Prieto (4), Mouriño (6, 1p) y Cangiani (1), siete inicial, Ábalos (1), Jortos (4, 1p), Cano (2), Posado (p), González, Gómez (1), Ruiz del Río y García y Maide (1).
Parciales cada 5 minutos: 2-1, 4-4, 9-8, 12-12, 16-13, 18-16 (descanso); 21-18, 25-19, 29-22, 31-24, 34-26 y 37-29 (final).
Árbitros: Ignacio Pascual Sánchez y Carlos Luque Cabrejas. Excluyeron a los locales Kusan (mins. 19 y 57) y Miguel Sánchez-Migallón (min. 52) y al visitante Mouriño (mins. 45y 54).
Incidencias: 1.700 espectadores en el Palacio de los Deportes de Logroño.