Dos supervivientes ponen rostro a la violencia de género: “La defensa de las mujeres debe estar por encima de ideologías”
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“Estoy aquí porque siento una obligación con todas las víctimas”, dice Natividad Peña antes de contar su testimonio como superviviente de la violencia de género. Hace ya años que decidió contar su experiencia con rostro y nombre para ayudar a otras mujeres y reclama que así siga siendo, “que se cuente con las mújeres víctimas para impulsar iniciativas por la igualdad”, pide. Este miércoles, Nati y Diana decidieron contar sus casos en la I Jornada 'Luchando contra la violencia de género desde la calle, os medios y las instituciones' que organizó Rioja2 en el marco del 25N.
Nati y Diana sufrieron las violencia de género en dos momentos diferentes. La primera de ella en los años 80, cuando todavía era un tabú, se entendía que si estabas casada había que aguantar y hasta separarse estaba mal visto. La segunda vivió en una relación de maltrato hace pocos años, que empezó cuando ella todavía era menor. Afortunadamente, muchas cosas han cambiado pero la escalera de la violencia, el mirar para otro lado de la sociedad y la anulación de las víctimas por sus maltratadores todavía perduran en lo que demuestra que la violencia de género en un problema estructural.
Nati todavía recuerda con detalle el primer golpe fuerte que recibió de su marido. Antes, le había anulado poco a poco y alejado de las personas de su entorno hasta que “te conviertes en nada”, dice. Aquel golpe en la cabeza con una cafetera de hierro cuando tenía a su hijo en brazos la dejó inconsciente, pero cuando despertó no dudó en denunciar. Sin embargo, no pudo hacerlo: “La persona ante la que denuncié me convenció que me había casado con él y cuando dije que me había violado dijo que como hombres tenían una necesidades”.
La defensa de las mujeres está muy por encima de ideología, nacionalidades, economía.... Antes se creía que solo a las mujeres empobrecidas nos agredían y eso es falso
Contó con el apoyó de sus padres y de grupos de mujeres, no así del resto de su entorno. “Yo calle porque no encontraba trabajo, no encontraba amigas ni apoyo social”, recuerda. Iniciar acciones legales en aquella época fue muy complicado, a pesar de que incluso se llegaron a dictar provisionalísimas y órdenes de alejamiento, “que luego se las saltan todas”, apostilló en su exposición Nati.
Pero separarse no es el final: “A veces se transmitía a las víctimas que si denunciaban y se separaban ya estaba arreglado, pero no, ahí empezaba lo serio”. Así fue también en su caso, que pasó años entre amenazas, intentos de matarla, persecuciones y un estrés postraumático que todavía sufre.
“Sigo siendo una víctima, llevo una etiqueta que me acompañará toda la vida”, dijo con fuerza ante todos los asistentes a la jornada de Rioja2. Desde su posición, reclama que se cuente con mujeres como ella para cualquier iniciativa que luche contra la violencia machista y la igualdad, y apunta: “Debemos hablar, pero cuando nos salga”.
Además, también dio un mensaje contundente delante de muchas personas con responsabilidades públicas: “La defensa de las mujeres está muy por encima de ideología, nacionalidades, economía.... Antes se creía que solo a las mujeres empobrecidas nos agredían y eso es falso”. En este sentido aboga por políticas transfersales y continuas “porque esto es estructural” y pone en valor la educación y el acompañamiento psicologico que les ayude a sanar y a denunciar.
Sabía lo que estaba viviendo pero no era consciente del todo porque estaba enamorada
Y es que la normalización de la violencia y la desigualdad entre hombres y mujeres todavía impregna la sociedad. Diana sufrió violencia de género en una relación entre los 16 y 19 años. La “necesidad de apego sentimental”, considera ahora años después, fue el detonante que le hizo normalizar una relación de control constante: “me escribía todo el rato, me compraba la ropa, me leía los mensajes, me alejaba de mis amistades”. Después, insultos y empujones que también se hicieron rutina.
Cuando ya estaba completamente atada a su maltratador, se quedó embarazada con 17 años. “Me insistía en que tuviéramos un hijo, que nuestra relación iría mejor, yo le decía que esperáramos pero acabé accediendo”. Desde el embarazo, todo fue a peor: “me empujaba mucho más, me agarraba cada vez más fuerte, me llamaba hasta 100 veces al día y cuando tuvimos al niño me amenazó con que o nos íbamos a vivir juntos a Barcelona o me quitaba al niño”.
Llegó a Barcelona y se encontró completamente sola con su hijo en una casa donde la violencia machista era rutina y de donde ya era muy difícil salir: “sabía lo que estaba viviendo pero no era consciente del todo porque estaba enamorada”. Sin embargo, al llegar a unas vacaciones vio la luz, recuerda que una amiga le advirtió al ver el control al que estaba sometida que era maltrato. Se lo contó a su familia y empezó a salir de la relación, aunque la dependencia emocional que le había creado durante años no lo hizo fácil, y volvió a Barcelona, donde un día su agresor intento asfixiarla delante de su hijo de pocos meses.
Entonces, salió de Barcelona, interpuso una denuncia, pidió una orden de alejamiento e inició la terapia psicológica en la Oficina de Atención a la víctima. Un recurso público del Gobierno de La Rioja que no existía cuando Nati sufría la violencia de su marido en los años 80, pero que sí pudo años después recomponer la vida de Diana destrozada por la violencia machista.
Recursos públicos contra la violencia machista
Sobre recursos públicos fue la última mesa redonda de la jornada bajo el título 'Desde las instituciones: Políticas y recursos públicos para combatir la violencia de género', que contó con la participación de Noelia González, la jefa de la Unidad de Coordinación Contra la Violencia Sobre la Mujer; Tania Sáez, la directora general de Justicia e Interior; Begoña Marañón, la subidrectora General de Igualdad y Eva Lacarra, agente de igualdad de Ayuntamiento de Logroño.
- Teléfono de información de la mujer 900 71 10 10
-Las mujeres víctimas de violencia de género en La Rioja tienen a su disposición la aplicación AlertCops
-Red de alojamientos de mujeres
- Centro asesor de la mujer (CAM) 941 294550
- Oficinas de asistencia a la víctima del delito (OAV)
- Logroño: 941 296365
- Calahorra: 94114 53 48/6
- Haro: 94130 56 25/6
- 016 Servicio telefónico de información y de asesoramiento jurídico en materia de violencia de género
- Red Vecinal contra la violencia de género e intrafamiliar 941244902/ 636759083
- SOS Rioja 112
- Teléfono de emergencias de Logroño 900 101 555
- Instituto de medicina legal de La Rioja 061
- Policía Nacional 091
Servicio de atención a la familia. (SAF) 941 272 054 - 941 272 071
Unidad de Prevención Asistencia y Protección (UPAP) 941 272 109
- Policía Local 092
Unidad de Convivencia e Intermediación de la Policía Local 618 273 585 / 941 277 077
- Guardia Civil 062
- ERIE (Equipo de Respuesta Inmediata a Emergencias) a través del 112
- Punto de encuentro familiar: 941 291 695
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