De esta forma, queda anulado temporalmente el proceso de separación emprendido por los Gobiernos holandés, belga y luxemburgués el pasado mes de octubre, por el que el grupo bancario BNP Paribas adquiriría los activos de las operaciones de Fortis en Bélgica por un valor estimado de 11.200 millones de euros.
La pasada noche, el abogado Mischael Modrikamen anunció la paralización de los procedimientos a instancias de más de 2.000 accionistas minoritarios de la entidad. De ratificarse la sentencia, el estado belga no podría vender los activos correspondientes de Fortis a BNP hasta el próximo 16 de febrero. Si la venta tuviera lugar antes de esa fecha, el Estado se enfrentaría a una penalización de hasta 5.000 millones de euros.
Ahora, un grupo de expertos se reunirá para decidir el valor concreto de los activos involucrados en las transacciones. Se espera un informe preliminar dentro de 35 días y una segunda valoración, esta vez definitiva, para el próximo 15 de mayo.
Ni el Gobierno belga ni BNP se han pronunciado de momento al respecto. Sí lo ha hecho el Gobierno holandés a través de una portavoz del Ministerio de Economía, quien no consideró que la decisión pueda conllevar “consecuencias” en la venta de los activos holandeses de Fortis, ya que “la transacción se realizará según la ley holandesa, no según la belga”.