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Teatro musical esperpéntico

Rioja2

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@page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } La gente fue llegando y sentándose en las terrazas de los bares que, por cierto, alguno de ellos repartía bocatas de jamón serrano por cada consumición. Por fín comenzó el espectáculo. Humor al ritmo de una batería y una guitarra. Parece fácil, pero no lo es. Es complicado tener el arrojo de salir delante de un público en la calle con un par de gorros de lana rosa palo, chandals fucsia con rayas blancas laterales y bisutería barata y fea colgando del cuello. Al ver semejante esperpento, los viandantes se paraban atónitos para intentar adivinar de qué iba el asunto.

'Los Babas' comenzaron con música cañera y el batería lanzaba alaridos que no se entendían muy bien, pero pronto empezó a tomar forma. Aquello no se podía llamar música, pero las letras eran críticas con nuestra idiosincrasia, nuestra forma de vida y nuestra sociedad. Una mezcla entre 'The Blues Brothers' y Sabina y Krahe, pero sin sentido del ridículo.

La crisis hipotecaria, los JJ.OO de Pekín, el carril bici, las relaciones amorosas... todo parecía una diana ideal para hacer mofa. Comenzaron a pasearse los colaboradores. Uno vestido de portero, con guantes y todo, tocando la guitarra y cantando una canción, otro intentando imitar a Camarón y otra versionando la de 'Que canten los niños' de José Luis Perales. También exhibieron temas propios como 'Amor en un minuto', que podéis ver en el vídeo.

Realmente, consiguieron que el público se riera de sí mismo, sobre todo, con su hit más sonado: 'Logroño es una puta mierda'. Al son de guitarreo y de una base electrónica de lo más elemental, el batería intrépido se arrancó a bailar a lo Carlton Banks en 'El Príncipe de Bel-Air' y a tararear esta pegadiza canción.

“La concatedral”, decía, y el público descargaba adrenalina chillando: “una puta mierda” y así con todas las cosas de Logroño que nos podamos imaginar. Luego giró el micrófono y pasó el testigo al público y algunos incluso se atrevieron. Se acercaban al micro y decían “el Servicio Riojano de Salud” y la gente contestaba “una puta mierda”. Algunos aludieron a “los estúpidos trajes” de 'Los Babas', otros a la Universidad de La Rioja y hubo alguno que hasta a sí mismo, contando siempre con la escatológica respuesta reiterativa. Tuvo tanto éxito este tema, que incluso pidieron un bis al terminar la función.