La Policía Nacional ha retirado 12 botes con ácido pírico y 3 botes de picrofucsina de los laboratorios de 6 centros educativos de La Rioja. La operación comenzó después de que se recibiesen alertas sobre la presencia del compuesto en los laboratorios de química y biología de varios centros educativos, donde llevaba décadas almacenado aunque no se habían reportado incidencias. Han sido los agentes del equipo Tedax NRBQ de la Policía Nacional los que han llevado a cabo esta operación y han retirado estos compuestos químicos.
Desde la Policía Nacional explican que la retirada es voluntaria. El centro educativo lo solicita siguiendo unas instrucciones que se difundieron desde la Unidad de Participación ciudadana en la que se informaba de la posible presencia de esta sustancia en los laboratorios de los centros educativos y se ofrecía la posibilidad de ser retirada por especialistas TEDAX-NRBQ de la Policía Nacional.
Y se retira porque estos compuestos químicos ya no se suele emplear en los laboratorios del ciclo de la ESO. Además, las empresas que se dedican a la retirada de los productos o restos de sustancias químicas usadas en los laboratorios no se pueden hacer cargo por su catalogación como sustancia explosiva. Son los TEDAX-NRBQ de la Jefatura Superior de La Rioja los encargados de retiarlos para su posterior destrucción o inertización.
No se tiene constancia que haya habido accidentes durante su manipulación o almacenamiento en ningún centro educativo, los responsables de los laboratorios suelen ser licenciados en ciencias químicas que conocen las propiedades de la sustancia y sus riesgos.
Acido pícrico
Este ácido, también conocido como 2,4,6 trinitrofenol, es una sustancia de color amarilla tóxica, cuya peligrosidad se incrementa con el paso del tiempo, por lo que algunos fabricantes recomiendan eliminarlo transcurridos dos años desde su fabricación. Es sensible al calor, impacto y fricción cuando reacciona con metales formando picratos, lo que representa un alto riesgo para las instalaciones y personas cercanas.
El trinitrofenol, es una sustancia química altamente explosiva que está considerada como un explosivo secundario. Habitualmente, este elemento era utilizado en la fabricación de artículos inflamables, como cerillas, en la industria militar o en la minería. Sin embargo, hace 30 años se distribuyó para los centros educativos para su experimentación en campos como la histología.
La peligrosidad del almacenaje de esta sustancia en los centros educativos se incrementa cuando cristaliza por deshidratación o por el paso del tiempo, pudiendo volverse altamente explosiva. En ese estado es capaz de explosionar en caso de choque, roce o sacudida violenta, incluso en el momento de proceder a la apertura del tapón, de la botella contenedora. El ácido pícrico es muy tóxico por absorción cutánea. Habitualmente se conserva en agua, pero pasados unos años se evapora y el compuesto químico termina por cristalizar, lo que incrementa el riesgo y lo torna inadecuado para su uso en los laboratorios.
Este ácido se utiliza como reactivo para el análisis de la creatinina sérica del ser humano y para los experimentos en animales; incluso durante los años 1920-1930, se utilizaba como apósito antiséptico para las lesiones causadas por quemaduras.
Recomendaciones
La Policía Nacional recomienda que, ante el hallazgo de cualquier tipo de sustancia o artefacto explosivo, nunca se toque ni se manipule debido al peligro que conlleva una posible activación fortuita, por lo que se aconseja su señalización y pasar aviso de forma inmediata llamando al teléfono de la Sala Cimacc - 091.
Se está realizando esta campaña de recogidas de forma oficial, pero las primeras intervenciones comenzaron hace más de dos años, siendo puntuales, solo si el centro educativo lo solicitaba. En esta “campaña” se les ha informado de esta opción y muchos centros se han acogido a ella, si no lo habían hecho antes es porque desconocían que existía esta posibilidad.