Dicen que el agua no sabe a nada. Sin embargo, lo cierto es que en cada lugar el agua del grifo tiene un sabor distinto. El sabor se debe a la concentración de minerales en ella, en concreto sales de magnesio y calcio (carbonato cálcico). Así, cuando es más desagradable significa que tiene más proporción y se califica como aguas duras y el sabor neutro aparece en las aguas blandas. El Mundo califica la tipología de agua de cada provincia.
En La Rioja tenemos agua poco dura, con entre un 50 y 100 mg/l de carbonato cálcico. Es el tipo de agua que predomina en la mayor parte de España. Las aguas blandas se localizan en Vizcaya, Guipúzcoa, Burgos, Soria, Segovia, Madrid y Ávila, mientras que las más duras están en Tarragona, Castellón, Albacete y Murcia.
El Ministerio de Sanidad señala que el 99,5 por ciento del agua del grifo está testada y se considera segura para el consumo. El 0,5 por ciento restante solo se debe a causas temporales.
Además, también explican que el sabor desagradable de las aguas duras no se debe a una falta de calidad y que es perfectamente apta para el consumo humano. Sin embargo, las ventas de agua embotellada están en aumento.