Cuando no ha pasado ni una semana desde que Juan Manuel Santos asumiera la presidencia de Colombia, el país es sorprendido por un atentado contra sus medios de comunicación.
El pasado jueves, un coche bomba cargado con 50 kilogramos de explosivo anfo estallaba en la capital colombiana frente a la sede de Caracol Radio y la Agencia EFE, afectando a 18 personas, de las cuales nueve tuvieron que ser trasladadas a centros hospitalarios, y graves daños materiales a los edificios colindantes.
Ante este acto, la Justicia colombiana se puso a trabajar de inmediato para aclarar lo sucedido y buscar a los responsables del acto terrorista. Así, el fiscal general de Colombia, Guillermo Mendoza Diago, expresó, en un primer momento, su convicción de que el atentado contra el edificio que alberga las sedes de Caracol Radio y de la Agencia EFE en Bogotá estaba dirigido contra la emisora.
“Uno ve que el atentado está dirigido contra Caracol Radio porque a la larga es un acto de intimidación contra los medios de comunicación”, dijo el jurista en declaraciones concedidas a la emisora colombiana.
Según indicó Mendoza Diago, aunque todavía no se ha determinado cuál era el objetivo de este ataque, la hipótesis principal hace pensar que el atentado ha sido obra de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que intentaron acabar con la vida del director de la cadena, Darío Arizmendi, a quien ya habían amenazado de muerte en numerosas ocasiones.
En las últimas horas un juez de la capital ha dictado una orden de arresto contra cinco personas que fueron sorprendidas cargando 194 kilos de anfo y otros explosivos el pasado sábado pero que fueron puestas en libertad debido a la existencia de irregularidades en su captura.
Los detenidos han sido identificados como María Nelly Parra Holmes, Horacio Monroy Pinilla, Katherine Vargas Gómez, Édgar Castellanos y Alberto Balaguera Parra. Ninguno de ellos aceptó los cargos imputados.
Según la investigación adelantada hasta el momento, no se han podido recaudar suficientes pruebas para juzgar a estas personas como integrantes de algún grupo ilegal armado.
Además, el recién instalado Consejo de Seguridad, que investiga el atentado, ha identificado a un presunto responsable que fue grabado por las cámaras de seguridad de uno de los edificios de la zona donde se produjo el siniestro, según informó el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, César Augusto Pinzón.
El Consejo espera ahora a que la Fiscalía solicite ante los tribunales una orden de captura contra el presunto responsable, comentó Pinzón sin revelar más detalles.
Asimismo, anunció que se tomarán medidas de seguridad especial para proteger a todos los medios de comunicación y que mantendrán el llamado Plan Candado, que consiste en ubicar puestos de vigilancia en las entradas y salidas a la ciudad.
Por su parte, el alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, anunció que se ordenó que un fiscal especializado en terrorismo lleve este caso que ha sido duramente condenado en Colombia y por la comunidad internacional. “Evidentemente se trata de un atentado terrorista”, insistió.
Incertidumbre
Por el momento ningún grupo armado se ha atribuido la autoría de este atentado. Sin embargo, aunque el ministro colombiano de Interior, Germán Vargas Lleras, ha considerado que es “muy prematuro” determinar quienes han sido los responsables del atentado contra el edificio, no ha descartado una posible participación de la guerrilla de las FARC.
“No es descartable que a propósito del cambio de Gobierno organizaciones delincuenciales quieran hacer notar su presencia a través, como siempre han querido, de actos terroristas”, ha señalado Vargas Lleras en rueda de prensa, tras asegurar que “la situación de orden público está perfectamente controlada”.
Vargas Lleras ha revelado que “en días recientes” las fuerzas de seguridad colombianas “han ejercido un control que evitó que hechos similares hubieran podido tener lugar” en otras zonas del país, pero ha insistido en que todavía es“”muy prematuro establecer quién o quiénes pudieron haber sido los autores“.
Asimismo, el ministro ha confirmado que el vehículo era un Chevrolet Swift que tenía “una carga explosiva que puede ser del orden de 50 kilos”, con lo que se demuestra que “el operativo fue bastante improvisado”.
“Si hubieran querido causar un mayor daño o hubieran tenido capacidad para hacerlo probablemente el carro lo hubieran ingresado al edificio, el carro simplemente lo dejaron botado” en una calle cercana al lugar de los hechos, destacó.
En este contexto, el titular del Interior ha reconocido que en las principales ciudades de Colombia “los indicadores de criminalidad están aumentando” por lo que ha sido necesario someter a evaluación los programas de seguridad de las policías.
“Las acciones del Gobierno se concentrarán en esta etapa en reforzar todos los esquemas de seguridad ciudadana, pronto se estarán anunciando nuevas medidas que el Gobierno implementará para fortalecer en todos los aspectos los programas en las principales ciudades del país donde los indicadores de criminalidad están aumentando”, ha afirmado.
“Sigamos para adelante y no nos dejemos arrugar”
Por su parte, el nuevo presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha afirmado desde el lugar donde se ha producido la explosión que ésta constituye “un acto terrorista” y no se puede “caer en la trampa”.
“Como todo acto terrorista, quieren perturbar, generar escepticismo en la gente y las autoridades, y eso no lo van a lograr. Acá lo que nos recuerda esto es que no podemos bajar la guardia en seguridad democrática”, subrayó desde los estudios de la emisora en el edificio que ha resultado más perjudicado.
El presidente precisó que “no hay daños estructurales en ningún edificio” e indicó que las autoridades van a limpiar el lugar de los hechos para “continuar la vida en la zona”. “No nos van a dañar la fiesta, como dicen, al terrorismo lo vamos a seguir combatiendo con todo lo que tenemos a nuestro alcance”, aseguró. “Sigamos para adelante y no nos dejemos arrugar”, insistió el presidente, para quien “estos hechos terroristas lo que quieren producir es terror, miedo y zozobra, y en esa trampa no podemos caer”.
También pidió a los medios de comunicación, sobre todo a Caracol Radio, que sigan transmitiendo.
“Demos las noticias normalmente y no les hagamos el juego a los terroristas, que sigamos los bogotanos en la vida cotidiana”. “El periodismo colombiano ha demostrado esa templanza, valentía y coraje y ustedes lo están demostrando en el día de hoy y están acompañados por los colombianos y el Gobierno”, agregó Santos, que dijo que se sospecha quién puede estar detrás del atentado pero prefiere no adelantarse.
Por su parte, el director de noticias Caracol, Darío Arizmendi, declaró que “quienes piensan que nos vamos a callar, a silenciar, a bajar la guardia, están muy equivocados. En Caracol hay un equipo de profesionales que tiene claro su sentido de responsabilidad social y vamos a seguir adelante y vamos a recuperar la serenidad y la calma y a expresar a todos nuestra gratitud”.
Santos considera que por el momento del día en el que se ha llevado a cabo el atentado y la forma en que se colocaron los explosivos se puede deducir que sus autores lo que buscan es “generar el mayor trauma posible”. “Es un hecho que lamentamos y vamos a investigar qué origen tiene”, añadió el presidente.
Condena internacional
Por otro lado, la Oficina en Colombia del Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó el atentado perpetrado en Bogotá
El representante en Colombia de ese organismo de la ONU, Christian Salazar, manifestó su solidaridad con las víctimas, los habitantes y los trabajadores de esa zona, y expresó alivio de que el atentado no hubiese causado muertos
Salazar confió en que las autoridades colombianas tomen medidas de seguridad y capturen, juzguen y sancionen a los responsables del ataque.
De confirmarse que el hecho tuvo como objetivo amedrentar a los medios de comunicación, el funcionario recordó que la libertad de prensa y el derecho a la información “son columnas fundamentales dentro de un estado de derecho”.