El incendio ocurrido esta mañana en un local en obras de Cádiz y que ha producido el desalojo de un centenar de vecinos se ha registrado cuando los obreros ponían en el suelo poliespan, material aislante que al arder provoca un humo tóxico, según el concejal de Ayuntamiento de Cádiz, Ignacio Romaní.
El concejal ha explicado a los periodistas en el lugar del incendio que un centenar de vecinos ya están en la calle, muchos de ellos tras ser desalojados a través de un hotel colindante, mientras que unas cuarenta personas, entre ellas una veintena de ellas mayores y cinco niños, están en la azotea, ya que allí están a salvo porque no llega el humo.
Uno de los obreros que trabajaba en esta obra, un local ubicado en los bajos del número 12 de la calle Brasil, ha relatado a los periodistas que el incendio se produjo muy rápidamente, cuando los operarios instalaban un aislamiento para el suelo, tras un chispazo que originó un fuego y una intensa humareda, por lo que todos ellos salieron corriendo del inmueble. Según este operario, uno de los obreros intentó coger un extintor, lo que le ha provocado quemaduras leves en las manos, mientras que uno de los bomberos que trabajan en el lugar ha resultado intoxicado por el humo. Romaní ha indicado que la hipótesis que se baraja es que el chispazo se produjo cuando los operarios cortaban con una sierra mecánica el poliespan.
El edificio afectado, ubicado a pie de playa, tiene doce plantas y 140 viviendas, muchas de ellas pisos de veraneo que actualmente están vacíos. Según Romaní, el hecho de que se desconozca cuantas casas están ocupadas y cuantas no, ha obligado a los bomberos a llamar puerta por puerta para comprobar la presencia de personas. Un vecino que se ha negado a salir de su casa, permanece asomado en un balcón de la décima planta.