Menos brillante, más fea, mucho más sufrida, por la mínima, estando en inferioridad y después de 8 minutos de tiempo añadido. Esta Unión Deportiva Logroñés sabe ganar de todos los colores. No sólo goleando y exhibiéndose en Las Gaunas. En esta ocasión, tocó esperar hasta el pitido final -parecía que nunca llegaba- para presenciar la sexta victoria consecutiva, todo un récord para el conjunto blanquirrojo. Un triunfo gestado cuando peor se puso el asunto, cuando Salvador trabó a Thaylor -que volvía a Logroño- mediado el segundo tiempo.
Roja directa. Entonces emergió Reguilón que, saliendo desde el banquillo, cogió el balón en su campo, se hizo un atuopase, siguió conduciendo y acumulando metros a una velocidad endiablada, forcejeó con varios oponentes para mantener la verticalidad y tuvo incluso fuerzas para cambiar de ritmo y chutar a portería con toda la intención del mundo. Otaño dejó el cuero manso y Coulibaly lo aprovechó para estrenarse como goleador. Hecho lo más difícil, restaban 18 minutos -resultaron casi media hora- había que defender y esperar otra oportunidad a la contra. No había otra.
Bueno, sí, que Miguel volviera a ser protagonista con dos paradas meritorias. Una abajo a Otaegui y otra cruzada de Arriaga. Después supo ganar tiempo cuando fue atendido para romper el ritmo y el agobio al que estaba siendo sometido su equipo, pero claro el colegiado pensó que había que añadir 8 minutos eternos en los que el Real Unión colgó miles de balones al área. En ese espacio de tiempo, la UDL sólo pudo salir en dos ocasiones a la contra y en ambas Coulibaly demostró potencia y calidad. En la primera corrió 60 metros, dribló a Thaylor y chutó con la izquierda, y en la segunda trató de filtrar un pase definitivo para Reguilón, pero un defensor lo interceptó.
DOS PARTIDOS EN UNO
Porque el encuentro mostró dos duelos en uno. Hasta la citada expulsión de Salvador y lo que ocurrió a continuación. Hasta que se mantuvo la equidad de efectivos, el Real Unión evidenció en Las Gaunas que venía avisado. Las goleadas ante Navalcarnero y Real Madrid Castilla mostraron el nivel excelso de juego que puede dar esta nueva UDL, pero no siempre se puede jugar como uno quiere si enfrente hay un adversario que sabe contrarrestar con tino lo que el otro propone.
Por eso se pudo observar a un cuadro blanquirrojo más espeso e impreciso, con menos continuidad en sus acciones y hasta con menos llegadas de las que últimamente está acostumbrando a la grada. Claro que enfrente estaba un Real Unión que acumulaba 7 jornadas sin perder y que opta a meterse a la fase de ascenso-tiene a 4 puntos al cuarto clasificado-. El orden y trabajo, la solidaridad colectiva y el buen hacer entre líneas de los irundarras trajo problemas a los logroñeses, que no encontraba con tanta facilidad la conexión entre líneas y que tampoco podían recuperar tan rápido el balón como en otras ocasiones.
Cierto que con Reguilón y Traver en el banquillo, la apuesta de Coulibaly como extremo izquierdo encorsetó al africano, le hizo ser más previsible y le privó de pisar más zonas del campo a la vez que dejarse caer al costado para percutir como venía haciendo hasta la fecha. Pese a ello, fue un constante incordio para Gorosabel y casi siempre estaba metido en las jugadas más peligrosas de los locales.
Salvador, a un nivel superlativo en las últimas jornadas, no apareció tanto, mientras que Muneta, aunque vivía por dentro, tampoco estaba a gusto. Paredes sí que le ponía ganas para profundizar. Marcos André, en su regreso a la titularidad, estuvo bullicioso y con el objetivo del gol. Lo demostró cuando pudo pasar a Salvador, que lo tenía para empujar a la red, y recortó a su par para después toparse con Otaño.
Aun con todo, hubo una fase en la que los riojanos dieron la sensación de haber encontrado el camino con varias acciones sucesivas en un espacio corto de tiempo: chilena de Marcos André, tiro de Espina y Coulibaly, otra jugada individual de Marcos André y una anticipación de Rekondo que evitó el remate franco de Coulibaly. Pero el Real Unión constató que además de saber frenar a su oponente, tenía armas para hacer daño. Olano encontraba facilidad para sentirse a gusto entre líneas y Galán, con espacio, es un delantero que no se lo piensa a la hora de chutar.
En este sentido, los visitantes supieron provocar fallos en los pases –Salvador, César Remón y Amelibia- durante la elaboración de la UDL para después montar contras aunque sin consecuencias en el marcador. De hecho, la mejor oportunidad de los de Asier Santana en la primera mitad fue una buena jugada colectiva que culminó Olano con un tiro cruzado que se marchó rozando el poste.
En la segunda parte, el dominio fue más claro de la UDL, pero seguían faltando las ocasiones, aunque Espina no acertó a rematar un balón rechazado tras un centro mordido de Coulibaly con todo a favor salvo la perfecta oposición de un defensor que impidió un cómodo remate. La reacción de los irundarras fue instantánea porque Olano metía un pase a la espalda de los centrales riojanos para Galán, pero Amelibia supo rectificar a tiempo para interponerse en la trayectoria del esférico.
EXPULSIÓN, GOL... Y A SUFRIR
Reguilón entraba en el campo en detrimento de Marcos André, mientras que Thaylor regresaba a Las Gaunas con una sonora pitada, que continuaría cada vez que tocaba el balón. El bilbaíno se convirtió en protagonista involuntario ya que una entrada de Salvador sobre él provocó que la UDL se quedara con diez en el ecuador del segundo período. Lo que parecía un obstáculo, lo fue, resultó un acicate para los riojanos. En concreto para Reguilón que cogió el balón en su campo, se fue burlando de cuantos contrarios le salían, forcejeó para no perder el equilibrio y sacó fuerzas para chutar cruzado. Otaño dejó el balón blandito y Coulibaly, con la caña, hacía las delicias de los aficionados.
Tocaba sufrir y ampararse en Miguel. Otaegui y Arriaga pudieron empatar. el choque. Hasta se hubiera entendido. Pero la UDL se aferró al triunfo. El capitán sufrió un golpe justo cuando iba a entrar en escena Adrián León para dar prestancia en el juego aéreo, previamente había salido Javi Rey para poner orden en la medular. Sin embargo, la sustitución se pospuso por espacio de 8 minutos, la mitad de ellos porque se atendió al portero logroñés y el resto porque Fermín también se ejercitó por si acaso.
La prolongación fue interminable. 8 minutos en los que los riojanos corrieron, bascularon de un lado a otro, despejaron con el corazón cada pelota y saltaban con el afán de impactar con la pelota cada vez que el cuero rondaba el área. Todos a una ayudaban, incluso Coulibaly que tan pronto estaba casi como lateral diestro como irrumpía por el costado para salir a la contra. Eduardo Valdovinos aún le pedía un último esfuerzo en el minuto 96 para que ayudara después de que el africano se había pegado dos auténticas carreras que hubieran asfixiado a cualquiera.
Hasta tuvo arrestos para una última, la que provocó la cartulina amarilla de Otaegui. Desplomado, sobre el campo, saboreba que un gol suyo había dado el triunfo de una UDL que pese a encadenar seis triunfos seguidos ve como el 'play off' es casi imposible, tiene a 6 puntos al Leioa, e incuso la Copa del Rey no es tan sencilla como pudiera parecer. Eso sí, la séptima plaza está ahí, como los 53 puntos.
FICHA TÉCNICA
UD Logroñés: Miguel; Julio Rico, Caneda, Amelibia, Paredes; Muneta (Javi Rey, min. 73), César Remón, Salvador, Coulibaly; Espina (Adrián León, min. 90) y Marcos André (Reguilón, min. 64).
Real Unión: Otaño; Gorosabel, Rekondo, Esnaola, Estrada; Rodellar (Mujika, min. 73); Ozkoidi (Thaylor, min. 65), Olano (Arriaga, min. 60), Martins, Otaegui; y Galán.
Gol: 1-0, min. 72: Reguilón.
Árbitro: Óscar Herrero Arenas (Comité Aragonés). Expulsó al local Salvador (min. 67) por roja directa y por doble amarilla a un componente del banquillo del Real Unión (min. 67). Amonestó a los locales Caneda (min. 52) y César Remón (min. 75) y a los visitantes Olano (min. 42) y Otaegui (min. 97).
Incidencias: 3.104 espectadores en Las Gaunas, según informó el club organizador.