Atrás quedaron los años en los que perdía población, La Rioja está creciendo aunque lo hace más lentamente que otras comunidades. Así, la población creció un 0,22% en 2018, por debajo de la media española, pasando de 321.884 habitantes a 313.582, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
Uno de los motivos por los que el crecimiento de la población en La Rioja no llega a los porcentajes de otras comunidades como Baleares, Madrid o Canarias, es porque el saldo vegetativo fue negativo, -877, es decir, murieron más habitantes de los que nacieron. La natalidad continúa siendo una asignatura pendiente pero no sólo en La Rioja sino en todo el país, ya que el saldo fue negativo en la mayoría de comunidades.
Si no nacen niños y la población envejece, la causa de que la población siga creciendo, pero no tanto como otras regiones, tenemos que buscarla en la llegada de habitantes del extranjero. Y es aquí donde La Rioja no termina de despegar.
Así, en 2018 nuestra comunidad tuvo un saldo migratorio exterior de 1.406 personas, lo que significa que La Rioja es la comunidad con menor saldo migratorio exterior, (la cifra de los que vinieron a vivir a La Rioja desde el extranjero menos los que se fueron). Es decir, atraemos habitantes de fuera (extranjeros o españoles que vuelven), pero también numerosos riojanos nos dejan. Le siguen Extremadura y Cantabria, mientras que Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana fueron las que más habitantes de fuera lograron captar.
La Rioja recibió, sobre todo, habitantes de países de la Unión Europea, principalmente de Rumanía; de África, donde destaca Marruecos; y de Sudamérica, con Colombia a la cabeza.
En cuanto a los movimientos entre comunidades, el saldo migratorio interior de La Rioja fue 179 personas (los que vinieron menos los que se fueron a otras comunidades), lejos de Madrid, Comunidad Valenciana o Baleares, pero muy por encima de regiones que perdieron población como Andalucía, Castilla y León y Extremadura.