La entrevista que Whitney Houston ha concedido a Oprah Winfrey ha servido para que la estrella de la música se desahogue y saque a la luz todos sus demonios. En la primera de las dos partes en las que se ha dividido la entrevista, Houston explica su adicción a las drogas y su dependencia de su ex marido.
La primera parte de la entrevista con Oprah Winfrey, que se emitió la noche del lunes (madrugada en España) en Estados Unidos, no ha dejado indiferente a nadie. En ella, la que una vez una diva del soul no ahorró detalles sobre su destructiva adicción a las drogas y su tormentosa relación con su marido durante 14 años, Bobby Brown.
Houston, de 46 años, confiesa que comenzó a abusar de las sustancias más duras después de rodar en 1991 El guardaespaldas junto a Kevin Costner. “Antes de El guardaespaldas era muy 'light'. Después de eso comenzó a convertirse en algo mucho más duro. Cocaína, marihuana...”, revela la cantante y actriz.
Whitney detalla en la entrevista qué clase de drogas consumía y de qué forma, dejando escabrosas anécdotas de su vida en pareja con Bobby Brown, como la ocasión en la que ambos pasaron una semana sin hablar el uno con el otro sentados en el mismo sofá y viendo la televisión.
“No pensaba en que era cantante. Me había olvidado completamente de aquella vida. Tenía mucho dinero en aquel momento”, confiesa Houston, que en otro momento admite que estaba tan drogada continuamente que se olvidó completamente de que era una estrella de la música.
La pareja se divorció en abril de 2007 tras 15 años de matrimonio y una hija en común, Bobbi Christina. “Él era mi droga, no hacía nada sin él”, señala Whitney, que confiesa que gran parte de su dependencia hacia su ex marido dependía del control que él ejercía sobre ella, que ella describe como “refrescante”.
Aunque admite que Brown la maltrataba psicológicamente, Whitney Houston no considera maltrato físico lo que ejerció sobre ella, pese a que durante la entrevista narró un episodio en el que él la escupió en la cara frente a su hija.
Pese a que hubo otros episodios violentos, la cantante añade: “Me abofeteó una vez, pero él recibió golpes en la cabeza al menos tres veces por mi parte”.
Su adicción a las drogas llegó hasta tal punto que fue su propia madre, Cissy Houston, la que reaccionó y llamó a la Policía para que la sacara de su casa y la llevara a un centro de rehabilitación por la fuerza. “Me dijo 'no te voy a perder... quiero a mi hija de vuelta'”, explica la cantante.
Su madre le dio un ultimátum, o dejaba el mundo del 'showbussines' o ingresaba en un centro de rehabilitación para desengancharse. Whitney hizo caso a su progenitora y ahora, tras siete años de silencio musical, la cantante puede presumir orgullosa de haber logrado un gran éxito con su regreso.