218 residentes de atención primaria terminan este mes de mayo su formación como médicos de familia en Madrid. Un número de facultativos que aliviarían en parte las deficiencias de personal que tienen actualmente los centros de salud en la región. Sin embargo, muchos de ellos, el 70% ya advierten de que se marcharán si las condiciones que ofrece el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso no les resultan atractivas. Esto puede suponer que un año más, la Comunidad de Madrid experimente una fuga de médicos de familia sin que el Ejecutivo regional ponga remedio.
La falta de médicos es un mantra recurrente que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, repite cada vez que se ponen de manifiesto los déficits de su gestión sanitaria. Pero los datos demuestran que la mayoría de médicos que afrontan su MIR optan por hacerlo en Madrid. Lo que ocurre después es que la administración regional, en manos de Ayuso, no es capaz de retenerlos. Varios centenares de médicos de familia terminan su formación en Madrid cada año pero deciden dejar la especialidad o ejercer en otro lugar porque el Gobierno regional no ofrece condiciones atractivas.
El pasado junio, la Gerencia de Atención Primaria convocó a 338 médicos de familia que habían terminado su especialidad para repartir 197 plazas. El fracaso fue mayúsculo: solo logró cubrir 59 puestos. 279 nuevos médicos ni siquiera tuvieron interés en acceder a un puesto de trabajo para el que llevaban años formándose. Con pediatría ocurrió algo similar. De 26 plazas, completaron cinco. Un mes antes se había vivido una situación parecida con una oferta extraordinaria de plazas. El año anterior, en 2021, fue incluso más desastroso: terminaron su periodo formativo 224 médicos internos residentes y solo 17 eligieron las plazas ofertadas por el Servicio Madrileño de Salud.
Los más de 200 residentes de cuarto año de medicina de familia y comunitaria de la Comunidad de Madrid han querido trasladar un mensaje a la Consejería de Sanidad a pocos meses de terminar su periodo formativo: “Queremos quedarnos en Madrid”, han defendido en una rueda de prensa. Pero la respuesta de la administración, denuncian, ha sido una oferta “vacía de contenido y garantías”.
Una encuesta realizada a los médicos MIR que terminan este año la especialidad en atención primaria determina que el 70% se plantea irse de Madrid si no cambian las actuales condiciones laborales. De este porcentaje el 43,8% querría quedarse en Madrid, pero sólo si es gracias a un buen contrato. El 20% ya se plantea irse de la comunidad para trabajar en atención primaria.
El consejero de Economía, Hacienda y Empleo, Javier Fernández-Lasquetty, que ha hecho bandera de ser ultraliberal y promueve la rebaja sistemática de impuestos, se quejó recientemente de que el resto de autonomías “ofrecen unas retribuciones mucho mayores para evitar que médicos y enfermeros se vengan a Madrid”.
Ayuso reconoció en noviembre que no se estaban ofreciendo los incentivos necesarios para que los médicos MIR que terminan su residencia en Madrid se queden. La presidenta regional añadió entonces que su Gobierno trabajaba en un plan “para asentar a los próximos residentes que el mes de mayo. Pero la realidad que se han encontrado los residentes han sido ofertas sin garantías y poco atractivas, según denuncian.
Esta problemática se añade a otras. A la huelga de los médicos y pediatras de atención primaria que cumple tres meses y medio, y a la que se unieron durante dos jornadas también los sanitarios de los hospitales, se suma ahora la renuncia de más de 170 tutores de residentes, los que forman a los futuros médicos de familia. No es la primera vez que ocurre.
Ya el año pasado hubo renuncias en cadena de médicos de familia que no quisieron tutorizar a residentes “en las condiciones de sobrecarga asistencial y precariedad laboral” en las que se encuentran, según afirmaron en un comunicado conjunto hace una semana. Hace un año renunciaron más de 200 tutores, aunque muchos de ellos acabaron tutorizando residentes ante el compromiso de la consejería de que cambiarían las cosas. Las promesas de entonces nunca llegaron.