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La amenaza de Ciudadanos abona el enfrentamiento entre Cifuentes y Aguado en Madrid

La amenaza de Ciudadanos abona el enfrentamiento entre Cifuentes y Aguado en Madrid.

Sofía Pérez Mendoza

Las tensiones entre PP y Ciudadanos llevan cociéndose a fuego lento desde que los de Ignacio Aguado llamaron a comparecer por primera vez a Cristina Cifuentes en la comisión que investiga la corrupción. Tras la demostración de fuerza del partido de Albert Rivera en las elecciones catalanas y los buenos resultados que les auguran las encuestas, esas tiranteces se han intensificado en todos los niveles. También en Madrid, donde la tensión no ha roto el nexo que les sigue vinculando: el acuerdo de investidura. Al menos hasta el momento. 

El enfrentamiento en público entre los partidos en la Asamblea y fuera de ella se ha convertido en habitual. Entendido como un juego político por algunos, la cercanía de las elecciones ha empezado, sin embargo, a enconar sus relaciones internas, fuera de los micrófonos. Los de Cifuentes acusan a Ciudadanos de no mantener una mínima lealtad desde la firma del pacto y consideran poco lógica su estrategia de desgaste cuando son socios de investidura, un sentir que ha llegado incluso a la dirección nacional del partido de Rivera.

Los encontronazos se han sucedido sobre todo a raíz de episodios de corrupción como la operación Lezo que supuso la detención del expresidente Ignacio González y la presión que Ciudadanos ha ejercido en estos dos años para forzar dimisiones en el Gobierno y el Partido Popular. En el gabinete de Cifuentes se llegó a valorar hace unos meses la idea de romper el acuerdo y llamar a elecciones para no ser rehénes de Ciudadanos pero la coyuntura general entonces y el discurso del PP nacional, muy crítico con las sucesivas convocatorias en Cataluña, descartaron esa opción.

A año y medio de las elecciones y con los presupuestos de 2018 aprobados, la situación es distinta. Se da por hecho que cuadrar las cuentas para 2019 será complicado en plena batalla electoral y con un Ciudadanos crecido por las buenas noticias que recibe en las encuestas. El Gobierno regional da hoy por amortizado prácticamente el acuerdo de investidura, sobre el que Ciudadanos quiere aún sacar jugo argumentando que queda casi el 50% por cumplir. 

El entendimiento con Ciudadanos está especialmente empañado en un punto: la relación de Cifuentes con el portavoz de la comisión de corrupción César Zafra. Desde que ella se sometió a sus preguntas en dicha comisión en julio, la relación tocó a su fin.

Seis meses después, el PP ha pedido directamente su dimisión por “mentir” a cuenta de una nueva petición de comparecencia registrada en abril pero que ahora pretenden activar para llevar a Cifuentes a dar explicaciones ante los diputados por el caso Lezo el próximo 2 de febrero. El movimiento se produce apenas 12 horas después de bloquear con su voto  una solicitud similar de PSOE y Podemos, vinculada al retraso en la entrega de documentación del Canal de Isabel II a la oposición. 

Los de Ignacio Aguado acusan a Cifuentes, cuyo número dos les calificó como “tonto útil de la izquierda”, de extender “cortinas de humo” pero descartan que haya habido amenazas de romper el pacto de investidura. “Están en su perfecto derecho a hacer lo que consideren. Ya sería el mundo al revés que un gobierno que está gobernando gracias al apoyo de 17 diputados de Ciudadanos encima decida romper. Pero visto lo visto y tal y como están las cosas, presentando querellas a diestro y siniestro y el PP perdiendo los papeles en sede parlamentaria y en Gobierno, cualquier cosa”, ha respondido el portavoz del partido en Madrid, que ha pedido al PP “un poco de sosiego”. “Que se calmen”, ha añadido.

Mientras, la presidenta regional intenta convencer de que lo que ha ocurrido en Catalunya no va a tener eco en las próximas autonómicas y generales. “No estamos en absoluto nerviosos porque no pensamos que sea extrapolable ni al resto de España ni a la Comunidad de Madrid”, afirmó la semana pasada, cuando reivindicó que “el voto útil es el Partido Popular, si lo que quieren es que no gobierne la izquierda”, no Ciudadanos. 

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