Nada más pitar el final del partido entre niños de 8 y 9 años, varios aficionados se acercaron a Toño. Tras increparle, y todavía en el césped, uno de ellos le asestó tres puñetazos: en los labios, en la frente y otro, del que pudo defenderse, en las manos.
“Se plantó delante de mi diciéndome '¿qué pasa? sinvergüenza, hijo de puta'. Al mismo tiempo se puso a golpearme con unas empuñaduras de paragüas que portaba en ambas manos”, recuerda el colegiado, que prefiere mantener su anonimato.
Los hechos sucedieron el pasado viernes 27 de enero, en el campo Gabriel Fernández, cercano a la Casa de Campo, donde el colegiado acaba de arbitrar un partido de fútbol 7, en la categoría benjamín, entre dos equipos madrileños: A.D. Piqueñas y Cantera F.C.
Aunque en la entrevista que ha concedido a eldiario.es no ha querido reconocer a qué equipo apoyaba el agresor, en el acta arbitral –al que ha tenido acceso esta redacción– sí que deja constancia de que los aficionados que se le acercaron estaban “claramente identificados” como hinchas del Cantera, “por sus vestimentas”. Según su relato, tras el ataque, se acercaron a socorrerle padres de jugadores del equipo contrario.
Niños “muy asustados”
“Al terminar el partido, los niños vieron que había una gresca en la que estaban metidos sus progenitores para ayudar al colegiado, muchos de los pequeños se echaron a llorar, estaban muy asustados”, apunta Francisco Rodríguez, presidente del Piqueñas, que equipara este suceso a un “combate de boxeo”.
Por su parte, un portavoz del conjunto contrario, casualmente el equipo que perdió el partido, no ha querido hacer declaraciones a la “espera de reunirse con la Federación Madrileña de Fútbol”.
Esta agresión no fue un hecho aislado – siempre según su versión – el árbitro asegura que durante el encuentro ya fue amenazado por el mismo grupo de personas que se le acercaron al final del encuentro. “Hijo puta, eres muy malo, te vamos a matar después cuando salgas”, fueron algunos de los insultos que recibió durante el transcurso del juego.
Una vez finalizado el partido, y ya tras haber recibido los puñetazos, el acoso verbal continuó en el vestuario. Finalmente, Policía y Samur acudieron al estadio para socorrer al colegiado que terminó a altas horas de la noche interponiendo una denuncia ante la Policía Nacional.