El Ayuntamiento de Madrid ha presentado su plan urbano para transformar el entorno de López de Hoyos tras el desmontaje del puente elevado. Un nuevo bulevar -una mediana arbolada-, un carril bici segregado, otro para autobuses, árboles y “obras de arte al aire libre” descansarán sobre la tumba del 'scalextric', una infraestructura arcaica construida en los años 60 para facilitar el tránsito rápido de los coches a través de la ciudad que tuvo que demolerse de urgencia en verano por serios daños en la estructura. El plazo de ejecución son nueve meses y el presupuesto, 10,5 millones de euros.
El scalextric era una de las tres infraestructuras del desarrollismo que aún estaban operativas en la capital. Había seis en toda la ciudad que se han ido desmantelando con el paso de los años. Este caso, sin embargo, es una excepción porque por primera vez la desaparición del puente no se ha salvado con la creación de un túnel, como pasó en Atocha, Cuatro Caminos o Santa María de la Cabeza. En pie continúan los pasos elevados de Raimundo Fernández-Villaverde y Doctor Esquerdo.
Según el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, la reforma urbana permitirá ganar al peatón un “20% más de espacio”, aunque el coche seguirá teniendo una presencia notable con tres carriles por sentido en la calle Francisco Silvela y uno más para motorizados exclusivo para autobuses y taxis. La remodelación, con la que el Ayuntamiento pretende “mejorar la calidad ambiental y paisajística”, gira en torno a la recuperación del bulevar inspirado en el que existía en el siglo XIX, aunque los primeros modelos difundidos por el Ayuntamiento muestran que se trata de una mediana con árboles. La glorieta de López de Hoyos contará con zonas ajardinadas y “aceras estanciales” con “nuevo mobiliario”.
El plan incluye la plantación de 300 árboles en la mediana central de Francisco Silvela y Joaquín Costa, en la glorieta y en otro tramo de la calle Príncipe de Vergara que también será intervenido, además de la instalación de nuevos pasos de cebra que faciliten en tránsito entre un lado y otro. Los dos carriles bici segregados -uno por sentido- estarán situados entre la acera y el carril bus, protegidos por dos bandas de setos, ocupando un espacio intermedio entre el nivel de la acera y el de la calzada.
El regidor considera que “la situación completamente imprevista” que generó el colapso del puente elevado, en funcionamiento durante 51 años, “se ha convertido en una oportunidad” para “convertir la zona en el emblema de lo que debe ser la ciudad pos-COVID”. El área de Cultura, por otra parte, quiere instalar una galería de obras de arte al aire libre también en la zona como parte de la reforma urbana. La cartera dirigida por Andrea Levy asegura que durante 2021 diseñará la iniciativa junto al área de Obras y Equipamientos y seleccionará las obras.
El espacio entre las calles señoriales de Francisco Silvela y Joaquín Costa, empequeñecido y ahogado por los humos de los tubos de escape, emergió despejado con el desaparición del paso elevado. Alrededor hay cientos de vecinos que han pasado cinco décadas viendo pasar los coches a la altura de sus ventanas.