Los madrileños que han solicitado un duplicado de tarjeta sanitaria por robo, pérdida o deterioro desde el mes de agosto se están encontrando con que la nueva identificación no está llegando a su domicilio.
Este jueves el Gobierno de la Comunidad de Madrid anunció que a partir del 2016 iba a dejar de cobrar por la renovación de la tarjeta la tasa de 10,20 euros, aprobada por el Ejecutivo regional de Esperanza Aguirre. Sin embargo, desde agosto el duplicado ya se gestiona de forma gratuita. Esta medida ha provocado desconcierto en los centros de salud ya que todas las peticiones de renovación de tarjeta, que se han realizado desde entonces, están paralizadas. No se van a fabricar las nuevas identificaciones hasta que no entre en vigor la Ley de acompañamiento de los presupuestos del 2016, la normativa que deroga la tasa y recoge una partida presupuestaria para elaborarlas.
La Consejería de Sanidad ha confirmado a esta redacción que todas las solicitudes gratuitas emitidas desde agosto se comenzarán a gestionar a partir de 2016. Sin embargo, cuando el consejero de Sanidad, Jesús Sánchez Martos, anunció que la derogación de la tasa era “una prioridad” para su departamento, no explicó el parche temporal que su departamento había improvisado durante el 2015.
En los centros de salud las administrativas no saben explicar por qué las tarjetas no están llegando en un par de semanas a los domicilios de los solicitantes, como sucedía cuando se abonaba la tasa. El 24 de agosto recibieron la orden de dejar de cobrar por los duplicados, pero desde entonces no han obtenido más información con la que poder explicar por qué está paralizada la fabricación de estas identificaciones.
Un volante temporal
A la espera de que lleguen las tarjetas a los domicilios, en los centros de salud expiden a los solicitantes un volante temporal, que garantiza la asistencia sanitaria durante los tres meses siguientes. “Si el papel caduca, el paciente tiene que acudir al centro de salud para renovarlo por otros tres meses más”, señala un portavoz de la Consejería.
Las administrativas consultadas por este diario advierten de que con este documento la receta electrónica desaparece y añaden que como consecuencia aumenta la asistencia a los centros de salud. “Como en el papel que les damos no hay banda magnética, las consultas se saturan, ya que cada mes tienen que venir a recoger una receta de papel con la medicación”, explica Elisa (nombre ficticio), administrativa en un centro de la capital.
Según la Memoria del Servicio Madrileño de Salud, durante el 2014 se solicitaron 10.922 tarjetas de media al mes. Si el ritmo de peticiones ha sido parecido durante este año, más de 20.000 solicitudes podrían estar paralizadas. Desde la Consejería aseguran que la decisión de anular la tasa antes de poder suministrar las tarjetas de forma gratuita “beneficia al ciudadano”. Asimismo no consideran que el anuncio haya sido apresurado: “Es un periodo transitorio, ya que nos tenemos que adaptar a los plazos legales”.
Además, desde el departamento de Sánchez Martos explican que, a pesar del anuncio del consejero, “si el titular de la tarjeta quiere recibir el documento de plástico, lo puede obtener abonando los 10,20 euros”. Una opción que las administrativas no contemplan: “Va en contra de la única instrucción que hemos recibido, que nos obliga a dejar de cobrar por el duplicado de las tarjetas”.