La “debilidad” de Isabel Díaz Ayuso es “que cale entre los ciudadanos la idea de que la sanidad en Madrid no funciona”. La apreciación es de Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid y la persona detrás de su estrategia comunicativa. La sincera respuesta del todopoderoso asesor de Ayuso, en un reportaje en El País, explicita el nerviosismo que existe a día de hoy en la Puerta del Sol por que el conflicto sanitario acabe afectando a los intereses electorales de la presidenta regional. Una “preocupación”, en palabras de un alto cargo del PP, que también ha llegado a Génova, donde viven con intranquilidad la estrategia de confrontación con los médicos de atención primaria en huelga por parte del Gobierno de Madrid y, en especial, de Ayuso.
La gran manifestación del pasado domingo en la capital, una de las más multitudinarias que se recuerdan en Madrid los últimos años, junto a la anterior del 13 de noviembre –también a favor de la sanidad–, desbordó todas las previsiones que se habían hecho desde el Gobierno regional. En el equipo de la presidenta, sin embargo, estaban atentos a lo que pudiera ocurrir. Justo dos minutos antes de que empezase la marcha, cuando ya podía intuirse la dimensión de la protesta, el departamento de comunicación más cercano a la presidenta regional difundía un argumentario a todos los periodistas que cubren la información de Madrid, para desmontar los “bulos –lo llamaron– en sanidad”. Un decálogo de “datos reales”, decía el mensaje, plagado de cifras exageradas o falsas y que era en realidad un intento de contrarrestar una marcha que ya era imparable y que reunió a cientos de miles de madrileños pidiendo soluciones al deterioro de la atención primaria y, en definitiva, apoyando a la sanidad pública.
La resaca de la masiva movilización no obstante no se materializó en soluciones para atajar de inmediato el conflicto con la atención primaria. La huida hacia adelante es tal que desde el equipo de la presidenta madrileña y, ella misma, prefieren continuar con la estrategia de confrontación directa con los médicos, con insultos diarios, menosprecios y descalificaciones hacia los profesionales tratando de deteriorar su imagen ante la ciudadanía. La marcha, que estuvo exenta de pancartas partidistas, era una protesta “política” que representa la “frustración” de la izquierda en las urnas, dijo Ayuso. La gran manifestación, afirmó el portavoz del Gobierno pocas horas después de producirse, trataba de “reventar” el sistema sanitario. Ya el lunes cuando el comité de huelga y representantes de la Consejería de Sanidad volvieron a sentarse por décima ocasión, la respuesta del Gobierno de Ayuso fue de nuevo negarse a aumentar un euro el gasto en atención primaria en la comunidad más rica pero que menos invierte en sanidad por habitante.
Las acciones del Gobierno regional esta semana reflejan lo contrario a creer que esto es un mero tema de la izquierda. La preocupación de que se instale la sensación, en palabras de MAR, de que la sanidad no funciona es real. De ahí que este miércoles la Consejería de Sanidad decretase una orden para prohibir carteles con las reivindicaciones de los médicos y pediatras o las firmas en apoyo a la huelga en los centros de salud. El Gobierno regional, que hacía responsables a los directores de los centros, amenazaba incluso con inspecciones aleatorias y con incrementar los recursos de limpieza para acabar con cualquier rastro de las protestas de los médicos. Todo es poco para evitar que “cale entre los ciudadanos la idea de que la sanidad en Madrid no funciona”.
“Esto es asqueroso y hay que obligar a acabar con ello, porque hay que defender el decoro en los espacios públicos”, dijo Ayuso este jueves sobre los carteles con reivindicaciones que inundan las paredes de los centros de salud. “Exactamente, ¿cuál es el cartel que le molesta?, ¿el de no hay médico?, ¿el de no hay pediatra?, ¿el de no hay cita? o ¿el de no hemos construido el centro de salud que llevamos prometiendo desde hace 10 años?”, lanzaba la líder de la oposición y portavoz de Más Madrid en la Asamblea regional, Mónica García durante la sesión de control.
“Va a tener sanidad pública para desayunar, comer y cenar”, advertía por su parte la portavoz y candidata de Unidas Podemos, Alejandra Jacinto. “Puede prohibir lo que quiera, pero el problema no va a desaparecer”, le recordaba el líder de los socialistas en Madrid, Juan Lobato.
“Ayuso o sanidad”
Tras el auge del PP en las encuestas que parecía imparable, la oposición tiene la impresión de que ha mordido un hueso y no está dispuesta a soltarlo. “Ayuso o sanidad”, es el eslogan directo con el que Mónica García trata de situarse como contrapunto a la presidenta regional, utilizando la misma fórmula que la propia dirigente madrileña usó en los anteriores comicios del 4 de mayo de 2021 cuando arrasó con su sencillo y efectivo lema “comunismo o libertad”.
La sanidad será, por tanto, el tema sobre el que verse la campaña electoral de los comicios de mayo, por mucho que la presidenta madrileña trate de desviar la atención con ETA o la ley del 'solo sí es sí'. En la Puerta del Sol son cada vez más conscientes de que la gestión sanitaria puede acabar estallando en la cara de Ayuso, que hasta ahora creía que solo bastaba con “su capacidad de hablar sin complejos y de llegar al corazón” y de plantearlo todo “como una batalla directa con Pedro Sánchez”, de nuevo en palabras de Miguel Ángel Rodríguez preguntado por las “fortalezas” de su jefa.
En el Gobierno regional hay quienes ven con escepticismo la estrategia de Ayuso de confrontar con los médicos, más cuando venimos de los años duros de la pandemia de la Covid-19 en la que la peor parte se la llevaron los profesionales de la salud. No se entiende, defienden, que solo apenas tres años después de la peor crisis sanitaria que se recuerda en décadas, que evidenció las deficiencias del sistema, Ayuso ataque a los sanitarios y no quiera reforzar un área tan vertebral como la atención primaria. La última propuesta del Gobierno regional pasa por dejar de lado a los médicos y reforzar el sistema de familia con enfermeros, según explicó el consejero de Sanidad este jueves a los militantes del distrito de Salamanca.
“Hay que gastar más dinero en primaria y subir los sueldos de alguna manera aunque no sea posible la subida lineal que plantea Amyts, pero de alguna manera hay que hacerlo”, dice un cargo de Génova. “Lo que no es razonable es la postura que está habiendo de confrontación directa”, lamenta esta fuente que reconoce que existe “preocupación” por que la postura de Ayuso desgaste al partido más allá de los resultados en Madrid. “Hay que tener respeto siempre, no todo es dinero”, dice sobre el trato a los sanitarios. Y añade: “La atención primaria es un aspecto fundamental del sistema y eso todo el mundo lo entiende”.
La sanidad es ya la tercera preocupación de los españoles según el último CIS de enero. En el PP y en la Puerta del Sol ven con escepticismo ya lo que consideran una estrategia errática. “Ayuso está siendo mal asesorada probablemente por Lasquetty [su consejero de Hacienda] que a día de hoy parece que está tomándose el tema como una cuenta personal contra los médicos por su dimisión cuando era consejero de Hacienda tras frustrarse su intento de privatización de la sanidad”, lamenta un alto cargo del Gobierno de Ayuso. Todos en la Puerta del Sol y en el PP miran atentos cuáles serán los siguientes pasos de la presidenta madrileña.