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Ayuso intenta duplicar dos meses después y contra reloj la plantilla de rastreadores ante el aumento de los contagios

Laura Galaup

29 de julio de 2020 21:55 h

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La emergencia sanitaria ha vuelto a irrumpir en la Comunidad de Madrid con un rebrote de casos de COVID-19, pasando de 338 contagios acumulados en la semana del 17 de julio a sumar 1.424 en los últimos siete días. Ante esta situación, el Gobierno regional ha anunciado una nueva estrategia para contener la expansión del virus que se ha descontrolado en los últimos días. La Consejería de Sanidad prevé duplicar esta semana el número de rastreadores con los que contaba hasta ahora y pasar ahora de 182 a 380 antes de que comience el mes de agosto. Para conseguir nuevos profesionales en tan corto periodo de tiempo desde el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso ha llegado a pedir ayuda a otras instituciones públicas, como el Ayuntamiento de Madrid, que busca entre sus funcionarios voluntarios para ceder en agosto a la Comunidad.

Durante meses los expertos en salud pública han advertido que los rastreadores, profesionales encargados de reconstruir las cadenas de transmisión y detectar los síntomas de las personas con las que han estado en contacto un caso positivo de COVID-19, eran clave para combatir la pandemia durante la desescalada. La Comunidad llegó a anunciar en mayo que iba a contratar a 400 técnicos en Salud Pública para realizar esta labor, pero hasta el lunes los madrileños solo contaban con 182 profesionales realizando estas funciones.

Los técnicos que han estado hasta ahora desarrollando esta labor en la región han estado “superados”, según explica Fernando García, portavoz de la asociación madrileña de salud pública. Para reforzar esta plantilla, la presidenta explicó en rueda de prensa que están en conversaciones con organismos como Protección Civil. “Lo estamos estudiando con otros muchos”, ha añadido.

La Comunidad también ha tratado de reclutar profesionales voluntarios en el Ayuntamiento de Madrid, gestionado por PP y Ciudadanos. La Subdirección general de Salud Pública de Madrid Salud, departamento sanitario municipal, ha pedido a sus trabajadores en un correo electrónico “personal que voluntariamente y durante el mes de agosto en principio, pudiera realizar funciones de rastreador de los casos de Covid-19”.

“La petición se efectúa a todas las categorías profesionales incluidos los auxiliares administrativos. Previamente se les dará una formación”, continuaba la comunicación. El contenido de este correo ha sido difundido en Twitter por el concejal de Más Madrid Miguel Montejo, que en declaraciones a elDiario.es explica que el email se envió este lunes.

La delegada encargada de Madrid Salud, Inmaculada Sanz, portavoz de Emergencias y Seguridad, ha explicado este miércoles ante los medios de comunicación que los trabajadores que se ofrezcan a trabajar como detectives de la cadena de transmisión serán cedidos a la Comunidad “en atribución temporal de funciones”. “El Ayuntamiento siempre está dispuesto a prestar toda la ayuda que sea necesaria por el bien de todos los madrileños”, añaden fuentes municipales, que no aportan más información sobre las condiciones en las que su personal trabajará previniendo la expansión de la COVID-19. Por su parte, la Comunidad de Madrid no ha respondido a las preguntas realizadas por esta redacción sobre este asunto.

Más allá del anuncio de 180 nuevas contrataciones, los expertos continúan denunciando que en Madrid hay pocos rastreadores. En un comunicado emitido este lunes por cuatro sociedades de especialistas se señalaba que “para una población como la de Madrid harían falta entre 800 y 1200 personas para esta tarea”. “Esperar a que haya un repunte importante de casos para contratar más personal no es una opción válida, porque supone actuar cuando la transmisión comunitaria ya es importante, lo que impide contener los brotes sin recurrir a otras medidas más duras, que tienen un gran impacto social y económico, como ya se ha demostrado en los rebrotes de otras comunidades autónomas”, apuntaban en un posicionamiento conjunto la asociación madrileña de salud pública, de enfermería familiar y comunitaria, de medicina de familia y comunitaria, de pediatría de Atención Primaria y de médicos generales y de familia.

Madrid, lejos de las cifras de rastreadores de otras comunidades

Además, Madrid está lejos de las cifras hechas públicas por otras autonomías. Con los 360 anunciados, habría aproximadamente un rastreador por cada 18.500 madrileños. En Catalunya, la Conselleria de Salud ha incorporado centenares de profesionales en las dos últimas semanas tras constatar que llegó tarde al brote de Lleida hasta alcanzar a día de hoy a los 928 rastreadores, lo que supone uno por cada 10.000 catalanes. En otras comunidades la ratio es menor aún, en Navarra (148 profesionales), con un importante rebrote en un barrio de Pamplona, alcanzan a uno por cada 4.391 habitantes; en Aragón (260), a uno por cada 5.071; en Castilla-LaMancha (427) tienen un seguimiento epidemiológico cada 4.700 habitantes y en la Comunitat Valenciana (1.008) esta tasa asciende a uno por cada 4.475 habitantes.

Ante las críticas de los expertos, Díaz Ayuso aseguró este martes que el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades recomendaba tener “entre 76 y 180 profesionales” si la región detectaba “250 casos al día” y “entre 135 y 359” si localizaban mil positivos diariamente. Su propio consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, matizaba esa argumentación minutos después explicando que “las sociedades internacionales muchas veces dan cifras en términos absolutos pero también hay que ver cuál es el perfil de ese contagiado”. En Madrid, la edad media del perfil del contagiado se ha reducido en 20 años, pasando de 55 a 34 años, un cambio que altera el trabajo de los rastreadores. “La media de contactos cuando trabajábamos [con infectados] de 55 años era de tres a cuatro casos por cada contagiado, ahora con la nueva edad media estamos en 20 casos”, reconoció Ruiz Escudero.

A la hora de elaborar una estrategia no solo hay que tener en cuenta la edad, para “anticiparse a los casos” —explica Fernando García— “el número de rastreadores tiene que ir en función de la población”. “En Alemania, por cada 20.000 ciudadanos tienen 5 rastreadores. Son los que tienen más y es una de las razones por las que en ese país la epidemia ha golpeado mucho menos”, incide este especialista en salud pública, que también destaca que la Comunidad tiene que mantener reforzada la detección de casos y la vigilancia epidemiológica para combatir el virus. Por eso, lamenta que el Gobierno autonómico esté recurriendo “a personal que se dedica en salud pública a vigilancia epidemiológica” para trabajar como rastreadores.

Otro de los detalles aportados por Ruiz Escudero en la presentación de la estrategia autonómica fue que el número de profesionales dedicados a localizar a los contactos de casos de COVID-19 estará “condicionado al comportamiento” de la pandemia en la Comunidad. “Si sigue aumentando el número de casos, seguirán creciendo [los rastreadores]”, apuntó. Este es otro de los conceptos que critican los expertos, que han señalado en reiteradas ocasiones que la estructura de prevención debe llevar tiempo constituida para que funcione cuando se requiera. “El personal ya tendría que estar contratado hace tiempo, porque la formación también lleva su tiempo. Este personal debería estar formado por profesionales de epidemiología, enfermería comunitaria y agentes comunitarios de salud con formación en COVID-19”, señalaban las sociedades sanitarias en su comunicado conjunto. 

Los sindicatos ya destacaron a principios de junio que la Comunidad solo había reforzado el sistema de Salud Pública con 16 nuevas incorporaciones, lejos de los centenares anunciados. Ante el aumento de casos y observando la búsqueda de personal voluntario en otras administraciones de un día para otro, estas organizaciones lamentan la falta de previsión y organización. “Demuestra la desorganización nefasta de la Comunidad”, explica Alda Recas, portavoz de AME (Asociación Madrileña de Enfermería). A Julián Ezquerra, secretario general de AMYTS, le “preocupa” que tras “escuchar durante tanto tiempo, que había que reforzar Atención Primaria y Salud Pública, esto no se haya producido”. “Volvemos a los de siempre en la sanidad madrileña, se recurre a parches que nos pueden llevar a una situación complicada”, concluye Rosa Cuadrado, secretaria general de la Federación de Sanidad de CCOO de Madrid.

Con información de Raúl Sánchez, Oriol Solé, Miguel Giménez, Carmen Bachiller, Rodrigo Saiz y Candela Canales.