La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha confirmado este jueves que las residencias de ancianos de la región han contabilizado durante el mes de marzo “en torno a 3.000 fallecidos”. Ayuso ha aclarado que estas muertes no pueden atribuirse exclusivamente al coronavirus debido a la falta de test para su detección, pero ha cifrado las muertes en un mes normal en torno al millar, lo que supondría el triple de fallecimientos.
“Es muy difícil establecer una cifra exacta pero que, si en un mes normal mueren unos mil ancianos, ahora podemos estar en torno a 3.000”, ha asegurado la presidenta madrileña en una entrevista en la Cadena Ser.
Solo en una semana se habrían incrementado los fallecimientos en las residencias de ancianos de Madrid en 2.000, si se compara con los datos que ofreció la Consejería de Políticas Sociales el pasado jueves cuando cifró estas muertes hasta 25 de marzo en 1.065 personas.
Desde esta última semana, las competencias sobre las residencias de mayores recaen en el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero (PP), después de que la presidenta de la Comunidad de Madrid decidiera retirárselas al consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero, de Ciudadanos.
La emergencia sanitaria que ha provocado la epidemia del coronavirus está golpeando a las residencias de mayores de toda España, pero especialmente a las de Madrid, un foco de población vulnerable que no cuenta, según denuncian trabajadores, patronal y familiares, con las medidas suficientes para prevenir contagios y tratarlos adecuadamente cuando se producen.
Ayuso ha recordado que la autonomía cuenta con uno 475 geriátricos, con más de 50.000 personas, y ha incidido en que es “imposible llegar a todas partes” en esta una situación como la que vive Madrid con la pandemia del COVID-19. Pese a estas palabras, ha defendido que, con la últimas medidas y con ayuda, cada vez están más cerca “de tener controlada la situación”.
Pese a que el Gobierno regional aseguró que medicalizaría los centros el pasado 12 de marzo, Ayuso ha señalado este jueves que todo el material que se ha comprado y que después no hará falta en los hospitales se destinará a medicalizar las residencias. Según la presidenta, el material que ahora se utiliza para el COVID-19 puede servirles en el futuro para “proporcionarles otro tipo de bienestar”.