Dos coches patrulla y dos furgonetas de la Policía Nacional llegaron pasadas las 22.00 de este viernes al punto en que el madrileño Paseo de la Castellana confluye con el nudo de Manoteras para montar el primer control de vigilancia de salida de vehículos de Madrid, justo cuando entraba en vigor la prohibición de abandonar la ciudad para prevenir la propagación del coronavirus. Los agentes se bajaron, colocaron los conos y empezaron a parar el tráfico. “Buenas noches, caballero, adónde se dirige”, fueron recibiendo los funcionarios a los primeros conductores, en una actuación que duró escasamente una hora. Otro control, en la M30 a la altura de Entrevías, hizo lo propio en el sur de la ciudad.
Ya es octubre y por la noche empieza a refrescar en la capital, así que las mascarillas azules de los agentes, a juego con los uniformes, también sirvieron para proteger del frío. Los funcionarios dividieron el control en dos zonas sucesivas. Delante, un contacto inicial donde se mandaba parar o se indicaba que siguiese al coche que llegaba; detrás, junto a una de las furgonetas, otro grupo de agentes esperaba por si tenía que hacer un examen más exhaustivo, por el que al cabo del operativo acabaron pasando media docena de vehículos.
La Policía Nacional acudió para apoyar las labores de la Local, en línea con lo anunciado por el Gobierno tras el encuentro entre el presidente del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, y la de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Las competencias son municipales y la Policía Nacional está para dar apoyo, algo que también podrá hacer la Guardia Civil dependiendo de la demarcación, según un portavoz de la Delegación del Gobierno. En el Gobierno regional opinan, sin embargo, que esta ayuda llega tarde, según alegó en una entrevista en Telemadrid recogida por Europa Press el consejero de Justicia, Enrique López. “Nos dijeron que determináramos nuestras necesidades para trasladarlas al Gobierno y hasta el día de hoy no estaban los efectivos para el control de las áreas básicas de salud. Estaba claro que no querían ni creían en el sistema de Madrid ni en otras medidas que había implementado la Comunidad”, criticó López, que insistió en que los controles serán solo informativos, mientras los jueces no ratifiquen las medidas impuestas.
Las palabras del consejero contrastaban con una de las explicaciones de los agentes del dispositivo a un conductor. “¿Tiene justificante del trabajo? Mañana esto entra ya en vigor”, avisaban a uno de los primeros automóviles que pararon, flanqueado por un compañero con metralleta, el único que la llevaba, en línea con la voluntad de transmitir que la situación actual no es de tanta gravedad como durante el estado de alarma. Aunque a la mayoría de conductores se les daba vía libre para continuar sin detenerse, cuando se mandaba frenar a alguno se generaba una pequeña cola en la vía, excepto para los autobuses, a los que se dejaba pasar por el carril derecho. Los puntos elegidos, en Manoteras y Entrevías, permiten controlar el tráfico entre los municipios afectados por el cierre (Fuenlabrada, Parla, Alcobendas, Torrejón de Ardoz, Madrid, Getafe, Leganés, Móstoles y Alcalá de Henares), todos en la comunidad madrileña. Uno de los agentes señaló a mitad del operativo que todos los conductores interrogados estaban al corriente del cierre perimetral.
Dispositivos como el de ayer funcionarán al menos hasta que la Audiencia Nacional se pronuncie sobre el recurso presentado por el Gobierno de la Comunidad de Madrid contra el cierre, una circunstancia que puede demorarse varios días. En este sentido, esta primera noche recordó a la jornada inicial de restricciones al movimiento en las zonas sanitarias de la comunidad con más incidencia de coronavirus, cuando la actuación policial fue igualmente de carácter informativo. Las limitaciones de entonces quedaron anuladas con la entrada en vigor del cierre perimetral de anoche, por lo que los residentes de aquellas áreas, sobre todo en el sur de la capital y municipios aledaños, tendrán ahora menos impedimentos para moverse dentro de la ciudad, pese a la clausura general. Ayer, en todo caso, la actuación policial terminó a cinco minutos de las 23.00, cuando un mando exclamó “¡Levantamos!” y los agentes corrieron a recoger los conos. “Sí, sí, todo ha ido bien”, confirmó otro funcionario antes de subirse al vehículo y marcharse.