La Comunidad de Madrid ha pedido a todos los gerentes hospitalarios que deriven al nuevo hospital de emergencias Enfermera Isabel Zendal a los pacientes que no impliquen riesgo de acabar en una UCI. Eso incluye a los enfermos más leves, con “bajo riesgo” de acabar en una unidad de cuidados intensivos, pero también a los enfermos con menos probabilidades de superar el coronavirus: los que “tienen una enfermedad terminal de órgano y una expectativa de vida inferior a un año” y los que presenten “altos requerimiento de oxigenoterapia, así como factores analíticos y radiográficos de mal pronóstico”, es decir, que tengan pocas posibilidades de superar la enfermedad. Tanto los leves como el resto tienen en común una cosa: no necesitarán una unidad de cuidados intensivos, pese a que el Gobierno regional anunció a bombo y platillo que contaría con unas 50 “con la última tecnología” para el nuevo centro.
La Gerencia Asistencial hospitalaria de la Consejería de Sanidad envió el pasado 2 de diciembre un documento con información dirigida a los gerentes de los hospitales de la región ante la “inminente” apertura del hospital de emergencias Enfermera Isabel Zendal. Fue una nota “informativa”, aseguran desde el departamento que dirige el consejero Enrique Ruiz-Escudero, que llegó a los centros de la red de Madrid un día después de que Isabel Díaz Ayuso inaugurase este nuevo centro sin quirófanos, que ha costado al menos 100 millones de euros. En el escrito, al que ha tenido acceso elDiario.es, la Consejería especifica en un anexo “los criterios de derivación” de pacientes al Zendal desde los servicios de urgencias y clasifica a los enfermos en cinco niveles. Este protocolo de derivación marca como “candidatos a traslado al HEEIZ [Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal]” a los pacientes “de los niveles 3 y 4”.
Todos estos pacientes tienen en común que –probablemente– no terminarán en una UCI. Los del nivel 3 porque “NO son candidatos” para ello al no poder ser entubados y su situación ser grave y los del 4 porque tienen pocas posibilidades de hacerlo ya que son pacientes leves a los que no se les pronostica ninguna complicación. En el caso de los pacientes de nivel 3, especifica el documento, recibirán atención “paliativa” si hubiera “complicaciones”. Son los enfermos del nivel 1 y 2 los quedarían excluidos de ser derivados al ser pacientes con “criterios de valoración inmediata para la UCI” (nivel 1) o “candidatos a ingresar en la UCI, si presenta mala evolución” (nivel 2). Es decir, acabarán muy posiblemente ingresado en una unidad de cuidado intensivo aunque no será el Zendal, pese a ser el hospital de referencia construido por la Comunidad de Madrid para tratar a los enfermos de coronavirus.
Como se supo el día de su inauguración, el hospital de emergencias carece de quirófanos en el caso de que los pacientes que requieren de una UCI los necesitaran. Lo que queda patente con este protocolo, que llegó a las gerencias de todos los hospitales de la red madrileña, es que el Gobierno regional no tiene entre sus intenciones utilizar las 50 UCI que anunció que tendría el Zendal –16 de cuidados intensivos y 32 de cuidados intermedios–. El nuevo hospital de emergencias que se ha construido para tratar a enfermos de COVID-19 solo servirá para tratar a pacientes leves y también para trasladar a los pacientes con enfermedades terminales o con un mal pronóstico.
La Consejería de Sanidad insiste a este diario en que los pacientes candidatos a ser derivados al Zendal son los que presentan “bajo riesgo para ingreso en la UCI” por su “estabilidad clínica”. Eso incluye también a los enfermos terminales que en el caso de ser trasladados será porque solo precisarán de ser “tratados por COVID y no por su enfermedad”, asegura un portavoz de la Consejería. Los expertos, no obstante, alertan de los peligros de derivar a este tipo de pacientes a un hospital con las características del Zendal sin separación entre pacientes, ya que pueden acabar exponiéndose a otras enfermedades y bacterias que podrían agravar su situación, asegura Lluís Cabré, ex jefe servicio UCI en el Hospital de Barcelona y uno de los autores de la guía que el Grupo de Bioética de la Sociedad Española de Medicina Intensiva.
La diputada de Más Madrid y médico anestesista, Mónica García, pone el acento en este tipo de pacientes que el Gobierno regional pretende trasladar al Zendal. “De confirmarse el protocolo, podemos decir que estamos ante otro protocolo de la vergüenza. Pretenden llevarse al Zendal a pacientes leves junto con pacientes con mal pronóstico que seguramente necesiten paliativos. El Zendal no es el lugar apropiado para llevarse a estos pacientes y darles los cuidados y la intimidad que necesitan”, lamenta García.
Traslados “voluntarios”
En cualquier caso, los pacientes que se trasladen al Zendal tendrán que dar su consentimiento a diferencia de lo que ocurre en otros hospitales. Según explicó el viceconsejero de Salud Pública y plan COVID-19, Antonio Zapatero, que ya dirigió el recinto de Ifema que el Gobierno de Madrid habilitó también como hospital “milagro” en la primera ola, en este hospital serán los enfermos o sus familiares los que decidan si quieren ser ingresados en él o si se quedan en el hospital de referencia al que hayan acudido a través del servicio de urgencias. (En el Zendal tampoco hay de eso).
El Gobierno regional preparó para ello unos folletos que reparte a los candidatos considerados “idóneos” en el que ofrecen entre otras ventajas conexión “wifi gratuita” (con la que no cuentan el resto de hospitales) y unas instalaciones para “pasear”. “Lo que supone”, continúa ese escrito que trata de recabar pacientes, “un cambio sobre el modelo asistencial tradicional donde los pacientes afectados por la COVID-19, suelen permanecer aislados en sus habitaciones”. Otra de las ventajas del Zendal que esgrimen los panfletos es que “cuenta con la tecnología más avanzada para que las personas que en él ingresen reciban una atención efectiva a través de unos cuidados de calidad, cercanos, integrales y humanizados”, aunque no está entre las previsiones utilizar las UCIs que se han instalado.
Pero pese a la trompetería propagandística que ha acompañado al hospital desde mucho antes de que se colocase la primera piedra, la Comunidad de Madrid abrirá por el momento solo 48 camas. Había anunciado que serían 240 en esta primera fase pero la Consejería de Sanidad ha encontrado mucha resistencia a la hora de encontrar sanitarios dispuestos a trasladarse de forma voluntaria al nuevo centro. Los técnicos calculan que si fuera un hospital de verdad con todas su infraestructuras y sus turnos, necesitaría 6.000 personas, pero de momento, las primeras camas se abrirán con los 116 sanitarios que de forma voluntaria han decidido trasladarse a trabajar al nuevo hospital. Las autoridades también advierten de que si se necesitasen ocupar nuevas camas los traslados de sanitarios se harán de forma ya forzosa desde el resto de hospitales de la red.