Marta Higueras, José Manuel Calvo, Luis Cueto y Felipe Llamas rompen definitivamente con Más Madrid y abren un nuevo cisma en el grupo municipal. Los cuatro concejales del Ayuntamiento de Madrid han esgrimido dos motivos fundamentales para explicar el divorcio con el resto de ediles de la lista que ganó las elecciones de 2019 en una rueda de prensa convocada este jueves. Por un lado, que existe “una oposición inexistente al Gobierno de Almeida”. Por otro, denuncian que “todas las decisiones” están “condicionadas por un partido político creado a posteriori de la presentación de la candidatura”, en referencia a la construcción de Más Madrid como plataforma.
La decisión del grupo más cercano a la exalcaldesa Manuela Carmena hace saltar por los aires una relación con los ediles liderados por Rita Maestre, portavoz del grupo desde verano, que era incómoda desde hace muchos meses. La minoría que representan Higueras, Calvo, Cueto y Llamas –4 de 19 concejales– considera que no se ha cumplido el “pacto de convivencia” –y no agresión– al que llegaron ambas partes el pasado julio y vierten duras críticas contra Maestre, a la que acusan de haber aplicado un “rodillo” contra sus iniciativas y de no ser transparente.
“Plantamos cara a la derecha cada día, recorriendo los barrios, escuchando a los vecinos, trabajando para ganar Madrid. Nadie entiende que perdamos tiempo en otra cosa. ¡Seguimos!”, ha respondido la portavoz del grupo, Rita Maestre, en su primera reacción a la ruptura a través de su cuenta de Twitter. En el mensaje, Maestre ha destacado que el proyecto cuenta con “una militancia amplia y comprometida”.
El concejal Jorge García Castaño ha señalado, por su parte, que la ruptura era “esperada y prevista” para el sector mayoritario “desde hace tiempo” y ha rechazado el planteamiento de los concejales críticos. “La única posibilidad para ganar Madrid es que las tres fuerzas fundamentales progresistas estén fuertes”, ha manifestado el edil, que asegura que la izquierda “no se va a pelear”. En la Asamblea de Madrid, el portavoz regional, Pablo Perpinyá igualmente critica que “han elegido un momento francamente cuestionable” y el diputado Jorge Moruno ha atribuido la salida directamente a que los concejales no querían asumir la carta financiera de Más Madrid.
Separarse para “aunar”
Los ediles que han roto han mostrado el proyecto que lideró Carmena en 2015 como algo incompatible con la plataforma de Más Madrid. “Seguimos fieles a ese proyecto de Manuela Carmena. No nos vamos a dejar imponer las reglas ni la normativa de ningún partido político”, ha dicho la que fuera mano derecha de la exalcaldesa, Marta Higueras.
Paradójicamente el plan B de los cuatro concejales, puesto en marcha con una ruptura, es “aunar a la izquierda” de cara a las elecciones de 2023 a través de un movimiento que han bautizado como Recupera Madrid que decidirá su voto de manera independiente en el Ayuntamiento de Madrid. Los ediles admiten que está todo por construir pero aseguran que han iniciado conversaciones con Unidas Podemos y el PSOE, a quienes llaman ya para una candidatura conjunta en 2023.
“Son claves para generar esa alternativa de progreso”, ha apuntado el concejal José Manuel Calvo. “Sin Manuela y la credibilidad institucional que hicimos desde el Gobierno, Más Madrid ha perdido la centralidad progresista y se dirige a una parte del electorado, no a la gran mayoría de los madrileños progresistas”, ha añadido en tono más duro el concejal Luis Cueto. Recupera Madrid no aspira a presentarse a los próximos comicios, aunque sí formar parte de esa gran candidatura que creen que es necesaria para desbancar al PP del poder. Si fracasamos, nos iremos“, avanzan.
El sector mayoritario de Más Madrid considera que pensar en un pacto con el PSOE es hacer “política ficción” porque siempre ha concurrido “solo” a las elecciones. “Estamos en un momento de crecimiento. Hemos conseguido liderar el ámbito progresista, verde y feminista. Es lo que vamos a hacer de ahora en adelante”, ha añadido García Castaño.
Los concejales prevén mantener sus actas en el Ayuntamiento y piensan dar la batalla para quedarse con el grupo municipal y que sean el resto, los otros 15, los que pasen al de no adscritos. Asumen que este cambalache será difícil de encajar y se preparan para pasar al grupo de no adscritos, donde está por ver qué derechos preservan a nivel de intervenciones. En todo caso, los ediles no han presentado todavía oficialmente su baja del grupo. Serán los servicios jurídicos del Pleno los que tendrán que determinar en qué situación quedan estos cuatro concejales.
Sobre si esta nueva división de la izquierda puede fortalecer a la derecha, los ediles han asegurado que “la oposición no se agota en la institución” y que ellos la entienden “desde la acción política en la calle y con las organizaciones”. En las últimas semanas el alcalde ya ha hecho algún guiño en tono jocoso sobre las desavenencias internas y la ruptura definitiva promete intensificar esas referencias.
Con la nueva ruptura, el concejal José Manuel Calvo, que en 2019 salió de Podemos para integrarse en Más Madrid, entona el mea culpa y asegura que fue un “error” aquello porque la izquierda se dividió.
Otra pregunta que surge con el divorcio es la posición de la exalcaldesa Manuela Carmena, a la que han invocado en varias ocasiones en la rueda de prensa. ¿Cuentan con su aval? La facción escindida de Más Madrid asegura que “conoce la decisión” pero evitan aclarar si cuentan con su apoyo. “Manuela”, dicen, “está en otra pantalla” y respetan “su alejamiento del día a día de la política”.
Cuándo se torció todo
Los choques entre los cuatro ediles y la actual dirección del grupo vienen de muy atrás, casi desde que Carmena, que aglutinaba a todo el grupo, decidió retirarse de la política al no poder revalidar el bastón de mando en la capital. Pero la primera fractura importante se produjo a finales de mayo cuando la primera teniente de Alcalde en el anterior mandato, Marta Higueras, anunció que no se incorporaría al proyecto de Más Madrid, que había decidido constituirse como partido político e iba a celebrar las siguientes semanas un proceso constituyente, después de que concurrieran a las elecciones con la plataforma que había liderado Carmena.
Higueras sostuvo que la vocación de la candidatura de Más Madrid, que se convirtió en la más votada en los comicios de 2019, no era la de constituirse en un partido al uso. Aseguró que quería seguir ejerciendo su acción política de forma independiente desde el grupo municipal y no renunció a la Portavocía del grupo, elegida tras la marcha de Carmena al no revalidar la Alcaldía.
A la negativa de Higueras a integrar el nuevo partido se sumaron después Calvo y Cueto –este último gerente del Ayuntamiento de Madrid nombrado por Manuela Carmena–. Y mas tarde, Felipe Llamas, jefe de gabinete de la ex primera edil en la pasada legislatura, tras sustituir en la corporación a la edil dimitida Estrella Sánchez. Los cuatro concejales han abogado desde entonces por una candidatura únicamente municipalista que abarque a todas las formaciones de izquierdas para los comicios de 2023, la única manera, defienden, de desbancar a José Luis Martínez-Almeida de la Alcaldía.
Tras desmarcarse del nuevo partido, la que fuera número dos del Gobierno de Ahora Madrid quiso seguir como portavoz del grupo municipal. Higueras defendió que la nueva formación se constituía al margen de la candidatura municipalista de 2019. Pero en julio, tras una votación interna y una ardua negociación, la edil perdió la Portavocía en favor de la concejala Rita Maestre, que también lidera el partido recién creado a nivel municipal.
Con la salida de Higueras de la Portavocía del grupo, ambas partes sellaron un acuerdo de “convivencia” que estos cuatro ediles consideran incumplido. El objetivo de ese acuerdo de mínimos era evitar el escenario al que se ha llegado este jueves. Entre otras cuestiones pedían total autonomía para funcionar, un reparto de los tiempos en los plenos y recursos humanos y económicos proporcionales a las cuatro actas que tienen dentro del grupo de 19. Los ediles críticos sostienen que ninguna de estas exigencias se ha cumplido y por eso han decidido emprender un camino independiente. “En julio se pactó que en cada Pleno hay una proporcionalidad para nuestras iniciativas, pero en la práctica lo que ocurre es que en la reunión de grupo semanal pasan un rodillo por nuestras iniciativas y solo se llevan los temas que plantean Rita Maestre y Nacho Murgui”, asegura uno de los ediles a eldiario.es.
Los concejales critican que las decisiones del grupo municipal se toman en asambleas del partido político que lidera Maestre, al que no pertenecen, incluso para aquellos temas como Urbanismo o Seguridad, cuya responsabilidad recae en Calvo y Cueto, respectivamente.
Piden quedarse con el grupo
Los cuatro concejales rompen con la lista por las que fueron elegidos pero permanecerán en el Ayuntamiento de Madrid. La pelea ahora radica en cómo quedan dentro del Consistorio. En una instancia que registrarán este jueves en la Secretaría del Pleno, a la que ha tenido acceso este diario, los concejales plantean que son ellos los que deberían quedarse en el grupo municipal por formar parte del Más Madrid “original” y no el resto de los 15 ediles, que a su juicio, deberían pasar al grupo de los no adscritos.
“Los concejales que ocupan cargos en la nueva plataforma o formación política debe considerarse que han abandonado el partido original y deben quedar incorporados al grupo de no adscritos”, defienden en su escrito. “Los firmantes y el resto de concejales sin cargos orgánicos en el nuevo partido serían quienes mantendrían la condición de miembros del grupo municipal original Mas Madrid, salvo expresión en contrario de alguno de ellos”, añaden.
El planteamiento de los ediles críticos es que el partido político se constituyó después y al margen de la candidatura con la que concurrieron a los comicios de 2019. Según sostienen, tampoco la formación política existente hoy es como la que se creó y registró originalmente en el registro de partidos del Ministerio del Interior, “ya que fue sustituido por su nueva denominación como Más País”.
“En suma, el antiguo partido, de hecho ”se ha ido“, la mayoría de sus integrantes han formado otra estructura y los cuatro firmantes de este escrito ven gravemente afectada su capacidad de mantener el núcleo esencial de la representación para la que fueron elegidos al ”quedarse sin partido“, argumentan para defender que sean ellos lo que permanezcan en el grupo.
Si su planteamiento no prospera, serían los cuatro ediles los que abandonarían Más Madrid y pasarían a formar parte del grupo de no adscritos, lo que plantea dudas acerca la retribución económica o la participación en los plenos. Según el reglamento del Ayuntamiento de la capital, en su artículo 33, “los derechos económicos y políticos de los miembros no adscritos no podrán ser superiores a los que les hubiesen correspondido de permanecer en el grupo de procedencia”. “No tendrán derecho al componente fijo de la dotación económica a que se refiere el artículo anterior y podrán percibir el 50% del componente variable”. Los propios ediles han plasmado estas dudas en el escrito presentado a la Secretaría del Pleno.
La petición de los cuatro concejales anticipa una nueva guerra interna. Pase lo que pase, el grupo municipal dejará de ser el mayoritario en el Ayuntamiento. Con la marcha de los cuatro ediles, PP y Más Madrid empatarán en concejales y el escenario inmediato es el de una izquierda aún más fragmentada en la ciudad de Madrid.