El Gobierno municipal de San Sebastián de los Reyes, liderado por una coalición formada por el PSOE y Ciudadanos, vuelve a estar envuelto en la polémica. Hace poco, ante el estupor de muchos, el Ayuntamiento multó con 1.500 euros a dos miembros de la Plataforma Ciudadana –750 euros a cada uno– simplemente por escribir en el suelo de la plaza con tizas escolares de colores peticiones “en favor de más ayudas sociales y educativas para los menores vulnerables”. Y ahora el municipio, que prepara sus populares fiestas de agosto en las que los encierros son el plato fuerte de cada día, ha exhibido una cadena de episodios con curas, toreros y exalcaldes franquistas como protagonistas.
El domingo pasado los vecinos de este importante municipio del norte de Madrid vivieron una escena digna de una película de Berlanga. Con motivo de las fiestas municipales del Cristo de los Remedios, el párroco del pueblo fue invitado por el alcalde socialista, Narciso Romero, al balcón del Ayuntamiento para que desde allí diera sus bendiciones a una enorme imagen del santo que él mismo destapó después de tararear una popular canción ante el regocijo de los vecinos congregados en la plaza. “El Cristo de los Remedios es el alma del pueblo, y un pueblo sin alma es un zombi. Si no tuviéramos al Cristo, ¿qué pondríamos? ¿Qué? ¿Una cerveza? ¿O un toro? Pues no”, exclamó el párroco, cuyo sermón subió después la propia parroquia a su cuenta de Twitter entre emoticonos de risa.
Su original 'homilía' no les hizo tanta gracia a los ediles de la oposición que opinaron que celebrar ese acto de marcado carácter religioso en la sede del consistorio era algo impropio. “¿Dónde queda el artículo 16 de la Constitución Española?”, se pregunta en conversación con esta redacción el portavoz de la Izquierda Independiente, Juan Torres. “No se puede tolerar que desde el balcón del Ayuntamiento salga un cura a bendecir a un santo. Para eso están las iglesias”, opina el portavoz de este grupo.
Durante ese acto, además, se recuperó una tradición que muy pocos recordaban, consistente en el lanzamiento de un cohete por cada toro que se va a lidiar o correr durante los encierros que se celebrarán durante las fiestas del pueblo. Este año el número de reses ha aumentado a 58, cifra que la oposición ve desmesurada, ya que ha supuesto disparar el presupuesto para realizar este tipo de actividades. De hecho, de los seis encierros que solían celebrarse en ediciones anteriores pasan a realizarse once, casi el doble, lo que ha modificado al alza, hasta los 760.000 euros, el contrato con la empresa que gestiona la plaza de toros, propiedad de la familia de Eduardo San Nicolás Guillén, un antiguo alcalde que gobernó la ciudad en 1961, una época aún franquista. En total, el consistorio destinará más de un millón de euros para los encierros y festejos taurinos que tendrán lugar entre el 27 de agosto y el 4 de septiembre, durante esas Fiestas del Cristo de los Remedios.
Una moción que homenajea a un exalcalde franquista
La historia de cómo se levantó ese coso taurino, conocido como La Tercera, volvió a la actualidad del municipio la semana pasada durante el debate de una moción aprobada por el Pleno y presentada por el edil escindido del PP y ahora no adscrito, Ismael García Ruiz, que está casado con la nieta de aquel regidor franquista. Según relatan fuentes conocedoras de esa historia, a principios de los años sesenta, Eduardo San Nicolás Guillén, siendo alcalde no electo por el pueblo de San Sebastián de los Reyes, utilizó más de 4.000 metros cuadrados de terreno público, de cañada real, para construir una plaza de toros privada. Sin embargo, el Ministerio de Agricultura y la Dirección General de Ganadería de la época le sancionaron a pagar una multa de 1.042,50 de las antiguas pesetas y le conminaron a que repusiera la vía pecuaria, tal y como consta en un documento oficial del archivo público al que ha tenido acceso esta redacción. Pero el regidor logró zafarse del asunto. En la actualidad la plaza de toros sigue siendo un negocio privado, propiedad de su familia, y el Ayuntamiento debe pagar a la empresa si quiere celebrar allí encierros y espectáculos taurinos.
En su exposición de motivos, el concejal Ismael García Ruiz recuerda que “Don Eduardo” (al que no enmarca como alcalde de la época franquista) fue el artífice de que “en toda España se conociera a Sanse como la Pamplona chica”, e insta al Ayuntamiento a dar el nombre de aquel regidor a una rotonda del Paseo de Europa de San Sebastián de los Reyes que hace esquina con la calle María Santos Colmenar. Además, propone que el Ayuntamiento rinda “un merecido homenaje a su figura, como auténtico promotor de la feria taurina del municipio”. La moción fue aprobada por el Pleno con los votos de PP y Ciudadanos junto con los de Vox. El PSOE se abstuvo. El debate comenzó con polémica ante la ausencia del propio impulsor de la propuesta. Curiosamente, el edil no adscrito no participó en el Pleno, ni defendió ni votó la moción, y delegó en el vicealcalde de Ciudadanos, Miguel Ángel Martín Perdiguero, que actuó como ponente. Los demás grupos municipales –Podemos, Más Madrid-IU-Equo e Izquierda Independiente– votaron en contra y cargaron contra el alcalde.
Según recoge el digital Es Lo Que Hay, un medio impulsado por un grupo de vecinos, durante el debate, el portavoz de Podemos, Juan Angulo, lamentó que en la moción “no solamente” se estuviera “proponiendo un homenaje a un fascista sino que además se apoya en las tradiciones taurinas y en la supuesta bonhomía de la persona”. El vicealcalde de Ciudadanos exigió que retirara lo de fascista, pero Angulo se negó. Y denunció que el texto de la iniciativa “obvia que este alcalde fue miembro del régimen franquista”, mientras acusó a “la derecha española” de no haber roto nunca con el franquismo. “Muy al contrario, ustedes están pidiendo homenajes a quienes llegaron al poder por un golpe militar”, agregó.
Javier Heras, de Más Madrid, calificó la propuesta de “inaceptable” e “inoportuna”, afirmando que “por el hecho de haber sido elegido por el régimen franquista no se le tiene que rendir homenaje”. “Sorprende que cuando el Gobierno de España, del PSOE, presenta la Ley de Memoria Democrática, el alcalde de San Sebastián de los Reyes, también del PSOE de Madrid, permita homenajes municipales a un alcalde del franquismo que montó su negocio de plaza privada de toros apoderándose de suelo público”. “Es un insulto”, insiste Juan Torres, de Izquierda Independiente, en conversación con esta redacción. Por contra, Alejandro Caro, de Vox, defendió la moción y dijo: “En el año 1975 Franco murió y ahí acabó todo”, para añadir a continuación que “no se está homenajeando” a San Nicolás “por ser alcalde sino por su aportación a la tauromaquia”.
Como este tipo de propuestas no son de obligado cumplimiento, ahora debe ser el actual regidor del PSOE, Narciso Romero, el que decida si aplicarla o no. Se da la circunstancia de que es la segunda vez que este concejal no adscrito presenta una propuesta idéntica. En 2019, estando aún en el Grupo Popular, ya intentó lo mismo pero no prosperó.
Un museo para el torero Ortega Cano
Para echar más aliño a este guiso, otra de las polémicas que se han suscitado estos días en el municipio ha sido la reciente decisión del Gobierno local de desmantelar una parte del Museo Etnográfico, la zona de la planta baja denominada El Caserón, para abrir un museo dedicado al torero José Ortega Cano. Aunque nació en Murcia, parte de su familia emigró a San Sebastián de los Reyes. Los trabajos para desalojar las reliquias que se exhibían allí y que reflejaban el modo de vida de los lugareños ya han comenzado para dar cabida a capotes, trajes de luces y otros recuerdos del matador.
La oposición no quiere dejar pasar por alto que Ortega Cano fue condenado en 2014 a dos años, seis meses y un día de cárcel por homicidio imprudente y conducción temeraria, ya que iba ebrio en el momento de los hechos. Catorce meses después de ingresar en prisión, quedó en semilibertad al acogerse al tercer grado penitenciario. Esta redacción se ha puesto en contacto con la Alcaldía de San Sebastián de los Reyes para recabar su opinión o su versión de todos estos hechos, pero no ha obtenido respuesta.