La transversalidad fue uno de los ejes de la primera campaña de Podemos para las elecciones europeas y generales de 2015. Es un discurso que en gran medida desarrolló el candidato a la Comunidad de Madrid Íñigo Errejón y que ahora vuelve en la campaña que el exdiputado de la formación morada lidera para Más Madrid junto a la alcaldesa Manuela Carmena.
Durante la puesta de largo este sábado del partido instrumental en Villaverde Bajo con el que Errejón y Carmena concurrirán a las elecciones autonómicas y municipales de mayo, los discursos tradicionales del eje izquierda-derecha se han sustituido por la “solidaridad” y la “justicia social”.
“Somos de izquierdas pero hay algo más importante, y es construir la justicia social y la igualdad de oportunidades. Eso no es solo para la gente que piensa como nosotros, sino para el conjunto de las madrileñas, les emocione la bandera que les emocione”, ha defendido Errejón al comienzo del acto. Tanto Carmena como el candidato regional comparten esa forma de ver la política, una política “útil” que trasciende las ideologías y que pasa por gobernar “para todos”.
Errejón ha insistido en esa idea: “Arrancamos hablando de educación pública de calidad porque es garantía de justicia social. Es una declaración de intenciones porque no queremos perder tiempo hablando de ideologías o de nosotros mismos, queremos hablar de lo que preocupa a la gente”.
“Me parece que lo que está rompiendo España y las familias son los salarios de miseria y los alquileres impagables y eso es lo que hay que solucionar para reconstruir nuestro país y nuestra región”, ha defendido el candidato autonómico frente al discurso de la derecha que quiere polarizar la campaña electoral con la crisis territorial con Catalunya.
El exdiputado de Podemos ha evitado cualquier referencia al que sigue considerando su partido y, en general, a cualquier otro. Errejón ha hecho alusión a los discursos propios de “cigarras que hacen mucho ruido” ahora que se han convocado las elecciones generales, frente al “gobierno de hormigas que trabajan” que propone junto a Carmena. “Recuperemos el orgullo ahora que en España los reaccionarios nos quieren hacer retroceder 50 años”, ha apelado el candidato a la Comunidad en una clara alusión a la irrupción de Vox pero sin mencionar al partido de Santiago Abascal ni hablar de fascismos.
La estrategia es compartida aunque con algunas diferencias. Carmena ha profesado esa transversalidad defendiendo a capa y espada su independencia. De ahí el empeño de la regidora desde que tomó posesión en junio de 2015 como alcaldesa de Madrid de que no se la vincule al partido morado.
Desde que confirmó que optaría a la reelección, la primera edil ha insistido en que la candidatura que quiere encabezar no tiene que estar ligada a partidos políticos ni cuotas. Carmena entiende que mantener su independencia, que ha trabajado concienzudamente durante estos casi cuatro años, es la clave para revalidar el mandato sumado a la defensa de que se gobierna para “todos” y no para “los que te votan”.
Íñigo Errejón, en cambio, ha intentado desde que fundó Podemos junto a Pablo Iglesias que la formación se desligase de las etiquetas tradicionales, apostando más por un discurso de los de abajo contra los de arriba frente a las izquierdas y las derechas. Pero llegó un momento en el que el ya exdiputado remó solo en esta dirección en la cúpula del partido.
Pablo Iglesias e Íñigo Errejón tuvieron sus primeras diferencias estratégicas sustanciales como dirigentes de Podemos tras las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015. La incapacidad de formar gobierno com Pedro Sánchez tras esos comicios pese a los cinco millones de votos que obtuvieron con su marca, sin necesidad de unirse a Izquierda Unida, se tradujo en posturas irreconciliables entre ambos dirigentes.
Esas divergencias fueron la cuña que abrió la grieta que, un año después, les enfrentó en la II Asamblea Ciudadana del partido en febrero de 2017. De fondo había un debate de largo plazo en el que se planteó hacia dónde debía crecer Podemos y cuál debía ser la relación del partido con la calle y la institución.
Errejón admitía entonces que no compartía “todas las últimas decisiones” que había tomado el “entorno” de Iglesias, porque las veía como “un alejamiento de la hoja de ruta inicial de transversalidad de Podemos”.
Esa hoja de ruta que quiso para Podemos la traslada ahora para la campaña de Más Madrid. Durante este primer acto que ha congregado a 2.000 personas, el máximo del recinto según la organización, se ha hablado de propuestas y “logros”, pero no de partidos. La educación, la vivienda pública y asequible, la lucha contra la violencia de género y las medidas contra la contaminación han vertebrado el acto.