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Un estudio científico calcula que Madrid Central evitaría 500 muertes prematuras al año

Madrid Central podría salvar 500 vidas. Un estudio científico, publicado en la revista Environmental Research y realizado por tres investigadores de centros públicos españoles, concluye que el mantenimiento del Plan A de Calidad del Aire impulsado por el Gobierno de Manuela Carmena –cuya principal medida es la zona de bajas emisiones– podría evitar 500 muertes prematuras al año. Una estrategia que el Gobierno municipal prevé sustituir por otra propia: Madrid 360, que incluye la eliminación de algunas restricciones en Madrid Central.

Hace dos días, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aseguró que la polución no producía muertes. “Nadie ha muerto por esto. Es decir, yo no quiero que se cree una alarma de salud pública porque no la hay”, dijo en una entrevista en la Cadena Ser.

La investigación, publicada el 13 de diciembre y adelantada por El País, es una constatación científica más de que la contaminación tiene efectos nocivos sobre la salud y, además, pone en cifras el número de vidas que podrían salvarse si se reducen las emisiones de gases contaminantes como dióxido de nitrógeno (No2) y se disminuyen las partículas suspendidas en el aire que expulsan los motores (PM2,5).

El trabajo está firmado por dos científicas del Centro Nacional de Epidemiología, Elena Boldo y Rebeca Izquierdo, y por el ingeniero Rafael Borge, de la Universidad Politécnica de Madrid. En las conclusiones, los investigadores afirman que la “efectiva implementación del Plan A produciría una apreciable caída de las emisiones contaminantes y remarcables efectos beneficios sobre la salud: más de 500 muertes prematuras se podrían posponer al año”. El estudio también advierte de que el Ayuntamiento debe “comunicar los beneficios sociales y económicos de mejorar la calidad del aire muy claramente a la población”.

La investigación emplea la modelización de la calidad del aire incluida en el Plan A y está financiada por el proyecto Icarus y Salud-Aire España. También recoge datos del Gobierno madrileño de salud del año 2012 y los proyecta en 2020 con el objetivo de calcular impacto cuantitativo para la salud y la vida de las personas de las medidas contra la contaminación. El estudio recuerda que el tráfico rodado es el “principal causante” de los niveles de dióxido de carbono en la capital.

Según las estimaciones científicas, el mantenimiento del Plan A reduciría la concentración de No2 en cuatro miligramos por metro cúbico ( μg/m3) y los niveles de PM2,5 en 0,6μg/m3 en la capital. Es el segundo estudio científico que respalda con datos que la zona de bajas emisiones es efectiva más allá de sus límites, aunque dentro de su perímetro tiene aún más impacto en la reducción de emisiones. “Las grandes diferencias han sido observadas dentro de la M-30”, dice la investigación.

Los autores de la investigación incluyen en su paper un efecto colateral de Madrid Central: una ligera subida del ozono troposférico (O3), que también causa problemas respiratorios, como resultado de disminuir las emisiones de óxidos de nitrógeno.

El Plan A de Calidad del Aire se aprobó en septiembre de 2017 durante el mandato de la alcaldesa Manuela Carmena. Su principal medida es la zona de bajas emisiones, Madrid Central, pero está formada por una treintena más (renovación de flotas de transporte público, ampliación de BiciMAD...). Hoy el Plan A se mantiene, aunque el actual equipo de Gobierno presentó en septiembre de 2019 otra estrategia alternativa con vocación de sustituir al plan de Carmena, llamada Madrid 360.

Esta estrategia, definida como “más ambiciosa” por la nueva corporación municipal, profundiza en las subvenciones para los coches eléctricos y propone la creación de un gran bosque metropolitano en la ciudad, entre otras medidas. Pero también incluye recortes en las restricciones al tráfico que se revertirían, como nuevos permisos de entrada para los todos los coches con etiqueta C.