El candidato del PP a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, ha respondido a los grupos de la oposición en un tono sosegado que se ha ido elevando según pasaban los minutos. Ha estado únicamente conciliador con Ciudadanos, una postura que dista mucho de la adoptada por el PP en los meses anteriores al escándalo del máster. A los de Ignacio Aguado les ha pedido empujar “en común” por su “responsabilidad para que la Comunidad de Madrid no caiga en manos de opciones radicales”.
El PP sabe que, aunque este viernes lograrán zafar el mal mayor de perder la Comunidad de Madrid, ahora tienen enfrente una larga travesía en soledad parlamentaria y dependientes de Ciudadanos para sacar adelante cualquier iniciativa. Esto siempre fue así, desde 2015, pero a los dos grupos les unía un acuerdo de investidura que la formación naranja ha dado por acabado.
En este contexto, Garrido ha agradecido por segunda vez el apoyo a Ciudadanos y, tres años después, se lamenta de que la formación no haya querido “asumir una postura de mayor implicación en el Gobierno, como se lo ofrecimos”. “Pese a eso no se debe ocultar lo fundamental. Hay muchas más cosas que nos acercan que que nos alejan. Y el acuerdo de investidura es un ejemplo”, ha apuntado.
Al partido de Albert Rivera le ha acusado bajo buenas palabras de utilizar este momento bajo del PP para hacer su rédito electoral. “Creo que no tendría sentido abrir un paréntesis hasta las elecciones porque hubiera un cálculo electoral. No creo que eso tenga que estar en su mente y en la de su partido”, ha afirmado.
En su réplica ha respondido a los que le acusan de estar “inhabilitado” para presidir la Comunidad de Madrid por haber “aplaudido” a Cristina Cifuentes, como ha subrayado el PSOE. Garrido ha comparado este extremo con la presencia de Ángel Gabilondo como ministro del ejecutivo de Rodríguez Zapatero y la de Susana Díaz como consejera cuando Chaves era presidente de la Junta de Andalucía.
Ataques a Carmena
Podemos ha recibido las palabras más duras del candidato, que ha sacado a colación, como el portavoz de su grupo parlamentario, la gestión del Ayuntamiento de Madrid para desacreditar al partido. Al equipo de Carmena le ha acusado de practicar el “marxismo de amiguetes” y, en general, ha calificado de “radicales” las decisiones políticas de Podemos.
“Su partido, ha señalado a Lorena Ruiz-Huerta, cree en la intervención y nosotros en la libertad. El suyo en el adoctrinamiento y el nuestro en la tolerancia”. Así, Garrido ha marcado toda distancia, “difícil de superar”, con Podemos por ser “deudores de tradiciones políticas asentadas: la de la izquierda radical y la de la democracia liberal”.