El Ayuntamiento de Madrid preguntará a los madrileños por la remodelación de la Gran Vía en la consulta ciudadana de febrero. Cuatro cuestiones, entre las que el Consistorio preguntará por la ampliación de las aceras. La portavoz municipal, Rita Maestre, ha asegurado que esta consulta es “vinculante” y que si la mayoría de los votos van en contra de esta ampliación, se “reconducirá” la medida.
El Gobierno municipal confía en que su propuesta para dar prioridad al peatón sea respaldada en la consulta que del 13 al 19 de febrero. Tanto es así que el ejecutivo de Manuela Carmena avanza cada vez más en el proyecto e incluso da a conocer cada semana más detalles de cómo será la futura calle.
La reforma de la Gran Vía es inevitable y no está en cuestión. Maestre ha asegurado que se trata de una “política de Gobierno, de la que ni queremos ni podemos retractarnos”. El concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo, anunció este miércoles que el ejecutivo cuenta para este ejercicio con 800.000 euros para comenzar el proyecto. También habló de árboles y de dos carriles en cada sentido para los coches, a pesar de que el ejecutivo preguntará por la ampliación de las aceras. Si esta cuestión se pierde en la consulta, “tendremos que ver cómo reconducimos la medida”, ha defendido la portavoz.
Lo que en ningún caso está en cuestión es la restricción al tráfico, aunque se tenga que desechar hacer más amplias las aceras. La Gran Vía no será peatonal porque transporte público y residentes podrán seguir circulando por la principal arteria del centro de Madrid. La calle pasará a pertenecer al Área de Prioridad Residencial (APR), por tanto, quedará prohibida la circulación de vehículos que no sean residentes.
El Ayuntamiento de Madrid tiene previsto que las obras comiencen en el último trimestre del año. Lo cierto es que, aunque desde el área de Urbanismo se conocen cada vez más detalles de la medida, hasta que no se licite el proyecto queda margen para el cambio.