Isabel Díaz Ayuso ha admitido que escribió a la empresa semipública Avalmadrid (financiada al 80% entre la Comunidad de Madrid y la antigua Caja Madrid, hoy Bankia) para interesarse por la situación del aval de 400.000 euros concedido a la empresa que tenía su padre al 25%, MC Infortécnica, y que finalmente quedó impagado. La ayuda había sido aprobada el 15 de marzo de 2011 contra las advertencias de los técnicos y solo unos meses después ya surgieron los problemas económicos, aunque finalmente ningún bien de la familia de la actual presidenta madrileña ha sido embargado ni tampoco a ninguno de los ocho avalistas solidarios que firmaron, entre ellos, la madre de la política. Aunque Ayuso mantiene que ella entonces “no era nadie”, la fecha del correo a Avalmadrid desmiente esta afirmación.
La ahora presidenta de la Comunidad mandó un email, al que ha accedido eldiario.es, a una persona del ente en julio de 2011 en el que muestra su preocupación por la situación económica familiar: “Ante todo quiero darte las gracias por tu atención y tu interés en este tema tan importante para mi familia”, escribe a un trabajador de la sociedad avalista madrileña, mediando así entre los asuntos económicos de sus padres y Avalmadrid (sociedad cuya presidencia de consejo está en manos del gobierno regional). A esta persona no accede como hija anónima de un avalado, sino gracias a la mediación de la viceconsejera de Esperanza Aguirre Eva Piera, como adelantó Infolibre, un punto que confirma otro correo de la propia Piera al que ha tenido acceso este medio. En él, Piera da a una persona de Avalmadrid el teléfono de Ayuso para que la llame y le agradece el favor: “Mil gracias otra vez por anticipado”.
Ayuso ha admitido este lunes en una entrevista en Telecinco que escribió un correo, pero que simplemente preguntó “con qué persona podía hablar para que se le solicitara un crédito a esa empresa”. Sorprendentemente, no ha salido a la luz ningún correo con ese contenido, sino correos posteriores a la concesión del aval de 400.000 euros que contó como garantía con una nave tasada en 26.000. La Comunidad de Madrid no ha contestado a la petición de información de eldiario.es sobre si la presidenta, según lo que ha declarado, también medió para la concesión del aval ni sobre por qué ha obviado que el correo fue la víspera de su entrada en el parlamento madrileño. Díaz Ayuso ha hecho declaraciones este martes que abundan en lo que ya ha dicho en anteriores ocasiones: “En mi vida he utilizado un solo cargo o responsabilidad para presionar o para ayudar a nadie y menos a un familiar. Una familia que lejos de enriquecerse, se empobreció hace diez años”.
“Yo no era nadie”
En la entrevista televisada, Ayuso ha hecho un repaso por su currículum negando su vinculación con la política en aquellos momentos del correo: “Yo no era nadie, es que ni siquiera políticamente en esos momentos tenía ningún tipo de poder político. Tiempo después entré en la Asamblea de Madrid como diputada en el puesto 72 ó 74 y porque corría lista”. Fue en el puesto 74 y se refiere a que sustituyó a Engracia Hidalgo cuando ésta dejó el escaño tras ser nombrada consejera de Familia en el gobierno de Aguirre.
Realmente en el momento en que escribió aquel correo, Ayuso sí era alguien en política. Además de que desde 2006 trabajaba como asesora del consejero de Interior del PP Alfredo Prada y, desde 2008, como asesora de Esperanza Aguirre, en el momento de mandar el mail faltaban solo unas horas para que tomase posesión como diputada autonómica. Lo que Ayuso define como “tiempo después” fue menos de un día, como refleja la web de la Asamblea de Madrid.
El mail, al que ha tenido acceso este medio, y cuya existencia adelantó El País, revela que uno de los primeros contactos por escrito de Ayuso con Avalmadrid se produjo el 14 de julio de 2011 a las 16.12 horas. El 15 de julio, a la mañana siguiente, entró a formar parte de la Asamblea como diputada, hecho que obviamente conocía la tarde anterior.
En el correo le da a su interlocutor unos datos sobre la empresa familiar para interesarse por el aval y le habla del Grupo MC, del que admite saber poco. Sería la primera de una serie de comunicaciones para informarse y minimizar los daños económicos de la deuda. Uno de los hitos de esa carrera para poner a salvo el patrimonio sería la donación que le hizo su padre de un piso que ella aceptó en octubre de ese año 2011, cuando la empresa ya atravesaba por dificultades, y que sirvió para escapar a posibles embargos derivados de la no devolución de la ayuda.
El Código Penal castiga como alzamiento de bienes las acciones de un deudor para disminuir su patrimonio y frustrar que el acreedor cobre su deuda con esos bienes. Sin embargo, en la misma entrevista del lunes, Ayuso justifica la donación para evitar perder el patrimonio: “La casa de la que tanto hablan es la casa en la que se crió mi madre, la casa en la que me he criado yo con mi hermano... Es mi casa, yo no sé qué pretenden que hagamos mi familia, mi madre y yo, nos podemos ir debajo de un puente...”.
De hecho, en el correo que envía a su interlocutor de Avalmadrid también saca a colación la casa familiar al final del texto: “Mi familia no quiere más que estar tranquila, jubilarse y tener una casa donde vivir y llevar la enfermedad de mi padre. Es todo muy difícil”, se despide la política. Como final, “Gracias por tu confianza y vuestra molestia, os estoy enormemente agradecida”.
También está en entredicho la donación, al 50% con su hermano, de un bajo que alberga la empresa Sismédica S.L. de la que también tiene la mitad, según publicó Infolibre, que reveló que llevaba varios años sin pagar el IBI.
Irregularidades en Avalmadrid
El fracaso en la operación de aval al padre de Ayuso no es la única que suma la empresa semipública madrileña (además de la Comunidad de Madrid participan Bankia, la Cámara de Comercio y la patronal CEIM), que enfrenta una multa del Banco de España por operaciones de alto riesgo y falta de información de los avales más dudosos.
De hecho, el año siguiente a la concesión a los Ayuso, inspectores del organismo bancario realizaron una investigación y hallaron numerosas irregularidades e incidencia confirmadas más tarde por una auditoría encargada por la propia Avalmadrid. Por ejemplo, que se estaban dando avales a negocios en situaciones de riesgo y algunos de ellos con vínculos con los propios consejeros o personas con intereses cruzados. Los más conocidos, y que se llevaron a la Fiscalía por la propia empresa, fueron los aprobados para Arturo Fernández y Gerardo Díaz Ferrán, cuyo importe no ha sido recuperado. La Fiscalía ha archivado la investigación por la prescripción de los delitos pese a que cree que se dieron créditos “fraudulentos”.