Un juzgado de Madrid ya investiga la muerte de tres ancianas en el incendio de una residencia de Aravaca el pasado domingo. Según apuntan fuentes del caso, ha sido el juzgado de instrucción número 19 de la capital, el que estaba de guardia, el que siguiendo el procedimiento habitual ha abierto diligencias a la espera de recibir una de las pruebas principales: el atestado de la Policía Municipal que apunta a múltiples deficiencias en la protección contra incendios de la residencia que oferta plazas públicas concertadas con la Comunidad de Madrid.
El incendio se desató a primera hora de la mañana del domingo en la residencia de mayores Juan XXIII, en el distrito madrileño de Aravaca. El fuego se propagó por una de las plantas desde una habitación donde dormían tres ancianas por causas aún bajo investigación y el humo se extendió rápidamente por todo el centro.
Dos de las mujeres, de 93 y 89 años de edad, murieron en la propia residencia. La tercera ocupante de la habitación, de 65 años, falleció horas después en el Hospital de La Paz, donde permanecía en estado crítico por las graves quemaduras que sufrió en el siniestro y por la inhalación de humo.
Como es habitual en estos casos, el juzgado madrileño que estaba de guardia se ha hecho cargo de las pesquisas y ha sido el número 19 de la Plaza de Castilla el encargado de abrir la investigación, si bien por el momento no se ha puesto ninguna diligencia en marcha a falta de recibir la prueba principal que, por ahora, puede impulsar o frenar una causa penal: el atestado de la Policía Municipal de Madrid.
Ese atestado, tal y como adelantó Radio Madrid y confirmó Somos, refleja que el centro concertado con la Comunidad de Madrid había pasado sendas inspecciones en abril y agosto de 2023, pero también que presentaba diferentes deficiencias en prevención y extinción de incendios. Dos pueras de emergencias estaban “bloqueadas” y los agentes tuvieron que entrar a través de una terraza a la habitación donde se originó el fuego.
También encontraron problemas en la boca de incendios del pasillo principal de esa planta del edificio, estando fuera de funcionamiento por baja presión. La manguera de los bomberos echó agua unos pocos segundos. No había luces de emergencia en las estancias y el pulsador de alarma de incendios no emitía señales, ni luminosas ni sonoras, al ser accionado.